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El cortijo universitario

El guardián del cortijo es una fundación llamada ANECA y ese cancerbero no le abrirá la puerta porque usted disponga de un currículo sobresaliente. Muy al contrario.

abanin91 dijo el día 8 de Junio de 2012 a las 13:21:

Pero lo peor es que sobran muchímos profesores en la universidad; imparten poquísimas horas de clase. En muchos cursos y seminarios hay más profesores que alumnos. En cuanto a investigar...¡por favor!, ¿a qué llaman investigar? Sale costosísima a los contribuyentes. Son una casta superprivilegiada.

Percy dijo el día 8 de Junio de 2012 a las 13:17:

Quien quiera comprobar los hechos que se denuncian en este artículo puede ver el del catedrático Soriano García "La ANECA: una fundación ilegal". Está en la red y basta una búsqueda.

Humilis, tienes razón, pero para mayor INRI el aoartado de "formación" en cátedras ni siquiera se valora, es decir, que si un médico además es químico y se dedica a la Bioquímica para eso es irrelevante. Lo mismo un un profesor de Derecho Mercantil que además es economista o uno de Derecho Romano que ha estudiado Filología Clásica o uno de Filosofía de la Ciencia que además de Filosofía haya estudiado Física. Vale lo mismo una formación de una licenciatura que de dos. Y de una tercera ni te cuento, por mucho que sea afín a la asignatura..
Habrá quien se conformará con decir que la comisión aplica los criterios que le mandan. Bonita respuesta: que se cambien los criterios o que dimitan.

Percy dijo el día 8 de Junio de 2012 a las 13:08:

ferminat, lo que dices no niega lo que dice el artículo, simplemente afirma que lo que pasa es por decisión de la ley que regula el procedimiento. Si la comisión aplica unos métodos de valoración idiotas no dejan de serlo porque estén impuestos por ley. Y no me dirás que no es idiota que la investigación la juzgue una comisión de señores ajenos a la asignatura y con trabajos (libros o artículos) que no conoce porque no ha leído. Naturalmente que si se puntúan los cargos académicos (cosa muy discutible: Cajal nunca ostentó ninguno) y se valora la investigación con fotocopias de la primera y última página de una artículo es porque lo dice la Ley. Siendo así, el que forma parte de una comisión, ya que no puede hacer otra cosa debería planetarse la ética de su trabajo y muy probablemente dimitir. Pero esa es otra cuestión.

Mariya dijo el día 8 de Junio de 2012 a las 12:18:

Estimada Cristina. Utilizando el mismo tono de su artículo, diría que usted no sabe de qué está hablando. Y eso hace que yerre el tiro. No da la impresión de que usted sepa cómo funcionan las comisiones de acreditación de la ANECA. Pudiera ser que piense que en todos los campos se trabaja con los mismos criterios; sin embargo, es fácil evaluar la actividad científica en los campos de ciencias puras (y de hecho, así se viene haciendo desde hace tiempo), mientras que no lo es tanto hacerlo en las probablemente mal llamadas ciencias sociales ("arte del macaneo" según un notable profesor de física).

Le puedo asegurar que en las comisiones de ciencias e ingenierías se evalúa el curriculum investigador, docente y, efectivamente, también el de gestión. Esto último, no lo hemos decidido nosotros sino, más bien, gente próxima al campo de formación universitaria en el que usted pasó sus años universitarios. Le puedo asegurar que nadie consigue una acreditación en las comisiones de ciencias y tecnología presentado únicamente méritos de gestión. Le puedo asegurar que en estas comisiones de las que hable hay miembros que no tienen trayectoria alguna de gestión y forman parte de ellas en función de sus méritos de investigación únicamente.

Usted yerra el tiro porque el problema no son los miembros de las comisiones ya que a ellas se accede satisfaciendo unos requisitos que políticos, más bien del campo de su especialización personal, han considerado mínimos. No, el problema es la misma esencia de la acreditación como sustituta de otros sistemas de acceso a las plazas de profesor más transparentes y efectivos (habilitación, concurso-oposición). Pero, de nuevo, es más bien gente de su campo de especialización quien ha decidido esto. Los demás tenemos que plegarnos a sus criterios.

Por último, en el campo de investigación científico-técnico cuando encuentras a alguien que habla de algo sin saber lo que está diciendo pierde rápidamente su crédito. No se si esto pasa también en el campo de su especialización universitaria. Pero debería pasar. El conocimiento avanza cuando aprendemos a distinguir los detalles de cosas aparentemente similares. No parece que este haya sido el caso en este artículo suyo.

Reciba un cordial saludo.

1MA dijo el día 8 de Junio de 2012 a las 11:36:

Es verdad que en las facultades de letras no hay gente que hable idiomas.

Pero eso de que los rectores se resisten a las reformas no tiene mucho sentido.

Yo la única reforma que veo es que el alumno va a pagar más dinero y que además va a concederse menos becas.

Y veo que un a alumno de clase media le basta un 5 para sacar la carrera, mientras que uno de clase trabajadora con un 5 y medio tendrá que dedicarse a echar CVs al Carrefour porque se quedará sin beca.

Hasta ahora esas son todas las reformas.

Además, de mi experiencia en la universidad española, los catedráticos tienen un nivel excelente. Que puede haber injusticias, naturalmente.

Claro que no es lo mismo una carrera que otra, las hay en que por mucho que se viaje, por muchos idiomas que se hable, por mucho que se escriba o "investigue", cuanto se diga no es más que pseudociencia.

Hasta el siglo XIX pervivió la última cátedra de Astrología en Europa. En nuestros tiempos sigue habiendo cátedras que tienen lo mismo de ciencia que la Astrología, y ahí están. En una carrera científica no es fácil prescindir de gente con talento y con investigaciones relevantes, pero en éstas otras...

Percy dijo el día 8 de Junio de 2012 a las 10:34:

Querida Cristina, lamentablemente lo que cuentas es rigurosamente cierto. Es verdad, por ejemplo, que sólo piden la primera y la última página de las publicaciones y que en la comisión no hay especialistas, con lo que difícilmente se puede evaluar la calidad de un trabajo. Lo peor es que los informes de los especialistas externos no son vinculantes, con lo cual la comisión tiene las manos libres para hacer lo que le da la gana. También se dan casos en que los especialistas que hacen los informes se cobran los problemas personales con el candidato: es gratis, ya que los informes, en la mejor tradición de opacidad, son anónimos. Sólo si llevas el caso al Constitucional puedes saber quién ha informado de tu caso.

El efecto inmediato de este sistema idiota introducido por ZP en el 2007 es que los candidatos toman nota de un pésimo ejemplo: hay que hacer "un poco de todo" ya que la investigación es "un requisito más". El candidato comprueba cómo por el sencillo camino de ir subsanando lo que les falta (a juicio de la comisión, claro) algunos amigos se van acreditando a la segunda o tercera vez. Y "lo que les falta a juicio de la comisión" son martingalas del tipo: ser director de departamento, hacer cursillos de "innovación docente", dirigir tesis (conozco algún caso en el que el propio director la ha redactado a un amigo para cumplir el requisito), organizar un congreso (en la práctica traerse a unos amigos o en algún caso que conozco imprimir los trípticos con permiso de los aludidos y nada más) o dar conferencias sobre calidad docente (explicar a quien ya lo sabe qué ventajas tiene el power-point). EL peligro es que el investigador, después de un par de años dedicado a estos menesteres puede no reanudar sus anteriores actividades y acomodarse. Para tener cargos es imprescindible dejar de viajar, pedir becas y -casi siempre, por no decir siempre- muy difícil ir a congresos. Como decía cierto manifiesto se quiere llegar a una situación en que se llegue a catedrático mayor, por méritos de guerra y, a ser posible, que todo el mundo se jubile como tal. Si no, de poco valor sería exigir un mínimo de 2000 horas de docencia a gente en cuyas asignaturas es difícil llegar a esa cifra sin muchos años de ejercicio.

Ferminat dijo el día 8 de Junio de 2012 a las 08:38:

Lamento profundamente decir esto, porque le leo asiduamente: Doña Cristina, no tiene usted la menor idea de lo que dice en este artículo. Lo digo desde una posición muy crítica hacia la universidad, y desde dentro. En breve: la ANECA aplica muy correctamente criterios valorativos. Los criterios NO SON suyos, sino que le vienen dados por la ley, es decir, por el gobierno en último término. Ninguna comisión puede leerse los artículos para valorar un CV, se aplica un método cuantitativo de indicadores como es lógico. Esto es así en todo el mundo. Se pierde la razón cuando se habla de oído, incluso si lo criticado es efectivamente bastante malo.

Humilis dijo el día 8 de Junio de 2012 a las 07:49:

Estoy plenamente de acuerdo. La Universidad española tiene una Santa Inquisición que los distintos gobiernos, con independencia de su signo político, han fortalecido por medio de nuevas funciones y atribuciones. Aunque el hecho de que algo exista o no fuera de España no me influye en absoluto a la hora de formarme una opinión, me sorprende que éste haya sido el método elegido para estabilizar y promocionar a nuestro profesorado universitario. Nada parecido hay en el resto del mundo. Además, como aquí se dice, para obtener el reconocimiento anhelado (una acreditación a cualquiera de los cuerpos y categorías académicas vigentes), hay que contar con méritos en cada de los cuatro apartados que se evalúan: investigación, docencia, formación y gestión. De ese modo, si uno no ha desempeñado jamás un cargo académico no puede optar a una plaza de Profesor Titular, menos aún si cabe a una cátedra. Se trata de una injusticia manifiesta.