¡Qué verdad es que el mayor enemigo del hombre, en sentido neutro, es el propio hombre! Podríamos exclamar. Y es que si bien es cierto que la mayor parte de la actividad investigadora busca solucionar los problemas de la humanidad, una minoría investiga el modo de hacer daño a los demás.
Uno de los frutos de estas investigaciones dañinas es la píldora del día después que se ha comercializado sin contar con trabajos experimentales a largo plazo y con desconocimiento de los posibles efectos que puede tener su uso abusivo en mujeres jóvenes. Estas mujeres que a muy temprana edad pueden acudir a ella sin consultar con nadie.
Esta píldora se compone de hormonas. Las hormonas son sustancias de origen biológico, pero las que componen la píldora son de origen sintético. Las hormonas de origen biológico son fabricadas por nuestro propio cuerpo para regular distintos procesos de nuestro organismo. Hay que diferenciarlas de las enzimas, que se dedican a catalizar las reacciones químicas que se producen dentro de nuestro cuerpo.
Las hormonas pueden ser de origen proteico o de origen esteroideo, para entenderlo se derivan del colesterol, que es el precursor de los gestágenos, andrógenos, estrogenos, glucocorticoides y de los mineralocorticoidos. De estos grupos nos interesan los gestágenos que se sintetizan en el cuerpo luteo (la progesterona), los estrógenos en el ovario y los andrógenos en el testículo.
Recibimos un mensaje neuronal que llega al hipotálamo y éste a su vez lo transmite a través de la sangre a la glándula específica encargada de fabricar la hormona específica en cuestión. Una vez fabricada, ésta se libera en el organismo para que pueda realizar su función reguladora.
Para que sea más fácil de entender, podemos imaginarnos que hemos tenido una copiosa comida a base de hidratos de carbono, por ejemplo, macarrones. Nuestro hipotálamo recibe el mensaje neuronal y envía la correspondiente respuesta al páncreas para que produzca más insulina y así pueda metabolizar el exceso de hidratos de carbono que hemos ingerido.
Dicho esto, ¿Qué hace la célebre píldora? En primer lugar, podemos decir que introduce en el cuerpo una hormona sintética en proporciones muy superiores a las necesidades fisiológicas de la mujer. Esto tiene las siguientes consecuencias:
- Frena la llegada del espermatozoide
- Previene la ovulación
- Impide la implantación
Si la mujer ya está embarazada no tiene ningún efecto y el embarazo continúa. Pero es necesario reparar en las consecuencias que puede tener la ingesta de esta cantidad de esta hormona sintética en nuestro organismo. Hay que recordar que no tenemos medios fisiológicos para controlar los efectos secundarios que la ingesta de esta hormona pueda generar y que son, principalmente:
- Náuseas
- Vómitos
- Jaquecas
- Alteraciones de la piel
- Problemas del aparato circulatorio
- Problemas en la coagulación de la sangre
Algunos estudios llegan a apuntar a que el uso abusivo de esta hormona puede llegar a ocasionar la esterilidad. Por todas estas razones parece inconcebible que desde la administración se nos aconseje el uso de este fármaco sin la oportuna prescripción facultativa.
La mayoría de los estados de EEUU han prohibido la venta libre de este fármaco y obligan a presentar una receta médica.
Mi consejo a los jóvenes es que antes de consumir esta píldora, acudan a un médico para exponerles el caso y que sea él quien la prescriba.