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EDITORIAL

La sorprendente reacción a una imputación lógica

Lo verdaderamente sorprendente es que la imputación no se hubiera producido antes, y además a petición de la Fiscalía.

A pesar de que en un primer momento fuentes de la Zarzuela habían asegurado que no iban a hacer "comentario alguno" respecto de la decisión de juez Castro de imputar a la infanta Cristina por el caso Nóos, un representante de la Casa Real comunicaba pocas horas después su "sorpresa" por "el cambio de posición expresado por el juez", al tiempo que manifestaba su "absoluta conformidad" con la decisión anunciada por la Fiscalía de recurrir el auto.

Nada, sin embargo, tiene de "sorprendente" la imputación de Doña Cristina. A la luz de los hechos y, sobre todo, de los correos aportados por Diego Torres, lo verdaderamente sorprendente es que la imputación no se hubiera producido antes y, además, a petición de la Fiscalía: Doña Cristina era el único miembro de la junta directiva de Nóos que no estaba imputado. A eso hay que sumar que la infanta y su marido eran copropietarios al 50% de Aizoon, la mercantil que, según apunta la Agencia Tributaria, era utilizada para facturar las retribuciones que Urdangarín percibía de entidades privadas.

Pretender, como tan sorprendente como vergonzosamente sigue pretendiendo la Fiscalía, que la infanta era inconsciente y ajena a todos los tejemanejes que presuntamente se producían en Nóos implica suponer que Doña Cristina era víctima de sistemáticas ocultaciones por parte de personas tan allegadas a ella como su secretario personal, el también imputado Carlos García Revenga, y su propio marido; y creerla absolutamente incapaz de percibir lo que sucedía a su alrededor, empezando por el súbito y formidable enriquecimiento de su esposo.

Pero si algo hacía absolutamente insostenible la no imputación de la infanta eran los correos aportados por Diego Torres que muestran claros indicios de que Doña Cristina estaba al tanto de los tejemanejes de su marido, tomaba parte activa en ellos y era "cooperadora necesaria" para llevarlos a cabo.

Si la Justicia ha de ser igual para todos, tal y como dijo en su día el Rey y sostiene el juez en su auto, lo "sorprendente" sería tratar a la esposa de Urdangarin de distinta forma que a la esposa de Diego Torres.

Si no fuera porque llueve sobre mojado, también sorprendería la lamentable declaración del portavoz de la Casa Real en la que critica veladamente al juez y se alinea descaradamente con el fiscal "en su posición procesal de imparcialidad y defensa de la legalidad". ¿Considera la Casa Real que el juez, por el contrario, no ha actuado con imparcialidad y en defensa de la legalidad?

Flaco favor le han hecho a la Corona el Gobierno, su dependiente Fiscalía y los propios portavoces de la Casa Real con el recurso a la imputación y con el nada neutral comunicado en defensa de Cristina de Borbón. A la infanta le asiste, sin duda, el derecho a la presunción de inocencia, pero no más que a cualquier otro ciudadano.

Ya veremos la reacción a largo plazo de una institución noqueada por la larga lista de golpes sufridos por parte de quienes más responsabilidad tenían en protegerla. Pero, desde luego, día a día crece el número de ciudadanos que creen que una sucesión anticipada en la Corona sería la mejor forma de preservarla, para el bien de España.

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