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Emilio Campmany

¿Se convalidará el decreto energético?

Con la legislatura a salvo, la Esquerra podría atreverse a darle a Sánchez un pescozón para recordarle quién manda.

Con la legislatura a salvo, la Esquerra podría atreverse a darle a Sánchez un pescozón para recordarle quién manda.
Pedro Sánchez tras visitar las zonas afectadas por el incendio forestal de Bejís (Castellón). | EFE

Las informaciones dicen que el Gobierno lo va a tener muy difícil. Sin embargo, la experiencia enseña que, al final, con el voto equivocado de un popular o con la inexplicable e inexplicada abstención de Vox, hasta los decretos-leyes que parecen que no van a salir, salen. Podría ser que al final se apruebe con la condición de tramitarlo como proyecto de ley, un engañabobos que permite a los grupos parlamentarios alegar ante su electorado que lo mejorarán durante la tramitación. Luego, ésta duerme el sueño de los justos y el decreto se aplica indefinidamente tal cual lo mal concibió el Gobierno. No sería la primera vez.

Creo que el PSOE puede contar con los votos del PNV y Bildu. El primero porque el decreto incluye medidas que, aunque invaden competencias autonómicas, algo que se supone irrita a los nacionalistas vascos, también favorecen a la industria vasca y eso, en la orilla derecha, lo valoran más que lo de las competencias. Bildu por su parte está satisfecha con las cesiones que el Gobierno ha hecho respecto de los presos. Cabe no obstante que quiera recordarle a Sánchez lo mucho que le hacen falta los votos de la ETA, pero no se cargarán el decreto ellos solos. La clave es por tanto la Esquerra. La norma podría salir sin el voto de alguno de los grupos vascos rebañando chantajistas de aquí y de allá, de Teruel o de Canarias, pero sin los trece (13 tenían que ser) de la Esquerra, el decreto no sale.

La decisión dependerá de que pueda o no poner en peligro la legislatura. La revocación del decreto de la reforma laboral podría haberlo hecho en su día. Pero ahora no parece que un revés similar vaya a tener ese efecto. Hoy, tras haber sido Sánchez encumbrado a la categoría de líder atlántico, a pespoco de haber atraído a su harén a Ursula von der Leyen, a punto de ser coronado como faro de la nueva Latinoamérica roja, a menos de un año de ocupar la presidencia de turno de la Unión Europea, en plena merienda del "espacio que representa Yolanda Díaz", la negativa del Parlamento a convalidar un decreto-ley no basta para forzar la convocatoria de elecciones generales. Mucho menos si el presidente puede acusar a "las derechas" de ser antieuropeas y pro Putin por no decir "amén" a lo que dice su menda lerenda. En estas condiciones, con la legislatura a salvo, la Esquerra podría atreverse a darle a Sánchez un pescozón para recordarle quién manda. Y, si eso fuera así, quizá los de Bildu se pongan a la cola para darle ellos también una colleja. Así que, efectivamente, es posible que Sánchez sea derrotado el jueves. Eso, posible, pero no probable porque, de un modo u otro, lo normal es que el adefesio de real decreto-ley salga convalidado y Sánchez pueda por enésima vez colgarse inmerecidamente otra medalla. Aquel trueno, vestido de estadista.

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