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Argentina peronista

Si al final hay un nuevo presidente no peronista, ¿podrá purgar el Estado de tanto enchufado sin que los peronistas lancen sus hordas a la calle?

El peronismo lo ha conseguido. Mientras la presidenta Fernández de Kirchner se recupera de su operación sin que haya cedido oficialmente la presidencia al vicepresidente Amado Boudou, podemos decir que el peronismo ha conseguido uno de sus sueños: crear una sociedad dependiente del Estado.

Hay que tener en cuenta que hacia 1937 el producto per cápita argentino era superior a los de Austria y Finlandia, y llegaba al doble del italiano y casi al triple del japonés. Y esto ocurría bajo el régimen militar-conservador de la denominada Década Infame. En 2013, después de la década kirchnerista, más del 45% de la población mayor de 18 años recibe en forma directa y mes tras mes ingresos que provienen del Estado. Se trata de unos 13 millones de personas, si se incluye a los empleados públicos (de la nación, las provincias y los municipios), los jubilados, los perceptores de pensiones no contributivas y de los planes de empleo y cooperativas, y los hogares que reciben la Asignación Universal por Hijo.

En España ya está pasando lo mismo en regiones como Galicia, donde los ciudadanos que cobran pensiones o prestaciones por desempleo de las arcas estatales superan a los que cotizan a la Seguridad Social. A principios de año había en Galicia más de un millón de desempleados y pensionistas por 927.383 cotizantes a la Seguridad Social.

Solamente en la Administración federal argentina hay 570.000 ocupados, un tercio más que hace una década. Las plantillas crecieron con mucha más fuerza en el conjunto de las provincias (47%) y en los municipios, donde hoy trabajan ocho personas más por cada 10 que lo hacían en 2002.

Estos datos demuestran dos cosas. Por un lado, que el milagro argentino, propuesto por el socialdemócrata Paul Krugman a los españoles, no es tal, ya que se basa en un crecimiento del empleo público y la recaudación de impuestos sobre unas exportaciones de productos sin elaborar (alimentos y minerales) a Asia. Y, por otro, que el peronismo tiene como estrategia el conseguir que toda la población reciba un sueldo del Estado, ocupado por él.

Por fortuna, si cayó el comunismo soviético también caerá el kirchnerismo. El invento funciona mientras hay dinero público, es decir, mientras se coloca la deuda pública o los explotadores del campo exportan carne, trigo y soja. El fracaso del modelo social y económico de esta familia peronista que se lucró con la dictadura militar se anunció en las primarias de agosto y se hará patente en las elecciones parlamentarias de finales de mes. Pero si al final hay un nuevo presidente no peronista, ¿podrá purgar el Estado de tanto enchufado sin que los peronistas lancen sus hordas a la calle?

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