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Ignacio Villa

Al borde del precipicio

Los dos nuevos asesinatos de la banda terrorista ETA vuelven a situar a los nacionalistas vascos ante sus propios errores, ante sus propias miserias. La nueva acción criminal de los terroristas devuelve al PNV a la realidad de sus equivocaciones estratégicas. Con estos asesinos los nacionalistas comparten objetivos, es cierto que no comparten los medios, pero al tener como intención final la misma realidad que los terroristas les ofrecen ayuda y cobertura, y sobre todo les facilitan el camino para seguir viviendo en un entorno nacional e internacional en el que cada vez existe una mayor sensibilidad en contra del terrorismo.

El PNV, con sus gestos y con sus declaraciones, está más cerca del entorno terrorista que de los partidos democráticos. Eso no es ningún ataque, es una realidad. Con sus palabras se sienten de un lado, de una parte, en donde el objetivo final es la independencia. Y los únicos compañeros de viaje en ese camino son los terroristas y su brazo político. Ellos son los que se han puesto de ese lado. Ellos son los que se han situado en la orilla contraria. Ellos son los que se han enfrentado y aislado del entorno democrático.

Cada nuevo asesinato de ETA, cada nueva acción criminal, es un recordatorio para el nacionalismo vasco, es una llamada de atención. Ellos, los nacionalistas, con su actitud soberanista ofrecen una coartada, una cobertura real a esas acciones asesinas. Unos utilizan la violencia, otros la condenan pero no la atajan; y las dos partes quieren llegar al mismo sitio y, por lo tanto, se utilizan mutuamente.

Los nacionalistas insisten desde hace tiempo en que el terrorismo etarra es “su” terrorismo, es “su” problema y que por lo tanto no necesitan “incursiones” externas para solucionarlo. Los nacionalistas reinciden en sus errores en un momento en el que el terrorismo es problema de todos y afecta a todos, ellos sólo piensan en solucionar su pervivencia política a costa de lo que sea, y ese “lo que sea”tiene sus riesgos, sus graves riesgos como acabamos de ver una vez más.

¿Cuál es la estrategia del PNV para acabar con el terrorismo? Más allá de los “fervorines” de Ibarretxe, ¿qué estrategia están siguiendo los nacionalistas para atajar el terror y los asesinatos? Sencillamente ninguna, sólo se refugian en decir que ellos pueden solucionar sus problemas. Y se atrincheran en la construcción de un “país nacionalista” en el que sólo caben los suyos y donde la divergencia política está castigada con el aislamiento y con el destierro social. Y además corren el riesgo, de que sus propias bases se rebelen contra sus dirigentes por la incapacidad de solucionar el terrorismo. El PNV persiste en sus errores, y con ello lo que están consiguiendo es cerrarse más a la realidad, colocarse al borde del precipicio.

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