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Ignacio Villa

El aislamiento del nacionalismo vasco

La refundación de la nueva Internacional Demócrata de Centro nos deja una novedad, como es el aislamiento internacional del Partido Nacionalista Vasco. Lo cierto es que la reunión de la Ciudad de México ha servido para constatar que nadie se ha acordado del PNV. Un año después de su expulsión de la Internacional Demócrata Cristiana en Santiago de Chile, los nacionalistas vascos han pasado al olvido. El PNV definitivamente se ha quedado solo y abandonado en los foros internacionales. En este sentido, importantes dirigentes del PP reconocen que los atentados del 11 de septiembre y la ofensiva internacional en contra del terrorismo han favorecido estos cambios en las actitudes y en las posiciones de algunos partidos y gobiernos que, hace meses, siempre dejaban un puerta de escape para el apoyo a los nacionalistas vascos.

En este ambiente de repulsa internacional hacia aquellas formaciones políticas que, como el PNV, ofrecen una cobertura al entorno terrorista por su falta de respuesta y por su coincidencia en los mismos objetivos, llama la atención la suavidad con que el nacionalismo catalán trata a sus colegas vascos. El líder de Unió Democrática de Cataluña, José Antonio Durán Lleida, presente también en la Internacional de Centro, ha insistido que el PNV debe volver a la IDC y que él va a trabajar para que ese regreso sea efectivo cuando sea posible. Un claro capote a sus colegas nacionalistas en un momento en el que a nadie se le ocurre dudar sobre la contundencia en la lucha antiterrorista. Una actitud la del nacionalismo catalán poco entendible, más cuando en uno foro internacional de estas características la unanimidad ha sido total.

De todas formas, este aislamiento, esta soledad, este abandono del PNV en una Internacional de la que ha sido fundador debería servir a sus dirigentes para reflexionar sobre un necesario cambio de actitud. No tiene sentido que todos estén equivocados menos ellos. No tiene explicación que, cuando medio mundo condena con claridad el terrorismo y planta cara a los terroristas, el PNV mantenga esa situación en la que de forma indirecta presta una cobertura política y social a todo el entorno etarra. José María Aznar deja Ciudad de México como presidente de la nueva Internacional Demócrata de Centro y con el objetivo de relanzar esta institución, pero objetivamente Aznar se lleva de este encuentro la realidad del aislamiento internacional del PNV. No es palabrería, es cierto que el nacionalismo vasco se ha quedado descolgado en España y en el resto del mundo. En su mano está volver a la normalidad, volver al entorno democrático y dejar de jugar con fuego.

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