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Ignacio Villa

El histerismo de Cuesta

Y es que quizá el propio Álvaro Cuesta deberá terminar compareciendo explicando su relación con Fernando Huarte, sus conversaciones con él y, especialmente, si conocía las visitas a prisión de su compañero de partido

El presidente de la comisión parlamentaria del 11 de marzo se ha descolgado -este viernes- con unas declaraciones sobre las comparecencias en las comisiones de investigación en el Congreso de los Diputados. Dice Paulino Rivero que con la experiencia de estos meses parece aconsejable que todas las personas propuestas por los grupos parlamentarios para que declaren tienen que hacerlo. Es, desde luego, una idea saludable, aunque llega un poco tarde. A no ser que esta propuesta tenga carácter retroactivo.
 
También es cierto que Paulino Rivero tiene todavía una oportunidad para salvar su integridad política y para demostrar su independencia en la presidencia. El próximo 5 de abril se reúne la comisión de investigación sobre el 11 de marzo, según parece en esa reunión se abordará la posible comparecencia de Fernando Huarte. Va a ser esa una buena oportunidad para ver si Rivero habla con peso específico, o si, por el contrario, será capaz de hacer frente a los socialistas y a sus socios parlamentarios.
 
Con Huarte, el PSOE carece de argumentos para evitar su presencia en la comisión de investigación. Huarte es militante socialista, con cargo orgánico en el PSOE asturiano. Ha visitado varias veces en la cárcel al que se considera número dos  de la trama terrorista del 11 de marzo. ¿No son estas razones suficientes? Para Álvaro Cuesta, portavoz socialista en la comisión, no parece que haya muchos motivos para la presencia de Huarte en el Congreso. El problema surge cuando Cuesta es incapaz de articular un sólo argumento para evitar la comparecencia; es más se ha puesto como un basilisco insultando al Partido Popular como estrategia de despiste. Pero ha sido muy poco convincente.
 
Tantos nervios de don Álvaro sugieren que la relación entre Huarte y Cuesta es de una fluidez considerable. Y es que quizá el propio Álvaro Cuesta deberá terminar compareciendo explicando su relación con Fernando Huarte, sus conversaciones con él y, especialmente, si conocía las visitas a prisión de su compañero de partido. Demasiado histérico aparece en público Cuesta como para poner cara de circunstancias. Por cierto, que nadie se olvide que el propio Cuesta es también muy amigo de Alfredo Pérez Rubalcaba. Y es que al final los amigos lo saben todo.

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