Menú
Ignacio Villa

El trabajo fino de la mentira

No es fácil cuantificar en euros cuanto puede costar la maquinaria de intoxicación y mentira que el Gobierno socialista mantiene, día tras día, a un ritmo más que saludable. No conocemos esa cantidad, pero de lo que no hay duda es que desde el Ejecutivo dedican sus mejores esfuerzos para tener esta maquinaria en perfecto estado de revista.
 
Hay que reconocer, no obstante, que esta realidad tampoco nos debería sorprender. Ya en la oposición, las maneras de Jesús Caldera utilizando el typpex para manipular documentos oficiales en sus comparecencias parlamentarias era la más clara señal de que, entre las filas socialistas, se trabaja a fondo en la "escuela de mentiras".
 
Además, a esta historia del pasado se suma lo que hemos conocido esta semana sobre el actual jefe de gabinete del propio Caldera. Julio Pérez Sanz era el cerebro de una página web que durante varios años se ha dedicado a calumniar y a mentir sobre el Partido Popular. Una denuncia que ha hecho la COPE, que no ha desmentido el Ministerio de Trabajo y que ha puesto de los nervios al propio ministro y a todo su equipo. Lo peor de todo es que Pérez Sanz realizaba este "trabajito fino" desde un despacho del grupo parlamentario socialista en el Congreso.
 
Bien, hasta aquí lo que ya conocemos y que tanto la COPE como Libertad Digital han informado en profundidad, pero, ¿saben quién trabajaba despacho con despacho en ese Grupo parlamentario? Sorpréndanse. Allí estaban María Teresa Fernández de la Vega, secretaria general del grupo socialista y Jesús Caldera portavoz en el Congreso. De la Vega y Caldera son miembros del Gobierno Zapatero. Por lo tanto volvemos al principio.

Los especialistas están en el Gobierno. Si De la Vega y Caldera han permitido que se hiciera esto en los despachos oficiales de la Oposición, a nadie le puede sorprender que desde la Gobierno se ponga en marcha una máquina de intoxicaciones y mentiras. De la Vega y Caldera no pasaban por ahí cuando se calumniaba al Gobierno. No pasaban, ni estaban de oyentes, ni se enteraron por la prensa. Estaban allí y sabían lo que pasaba. Visto lo visto, se puede esperar cualquier cosa.

En España

    0
    comentarios