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Ignacio Villa

Entre la manipulación y la mentira

Lo que ya tenemos muy claro, después de tres semanas de protesta ciudadana contra las distintas políticas del Gobierno, es que Zapatero no se va a bajar del burro

Ahora resulta que la izquierda ya no sólo ha perdido la calle. El problema, para ellos, es que empiezan a coger miedo al asfalto. Quizá sea el coche oficial y la moqueta ministerial que hace cambiar muy rápidamente el discurso de no hace mucho tiempo. Lo que es evidente es que el Gobierno y todo su entorno tiene pavor ante la tercera manifestación consecutiva. Manifestación multitudinaria, en esta ocasión a favor de la familia.
 
Son muchas las huellas que están dejando desde el Gobierno como pruebas de su nerviosismo por la manifestación de este sábado en Madrid. Zapatero mintiendo descaradamente compara la convocatoria legal del 18-J con las concentraciones ilegales del 13-M. Peces Barba, destilando bilis, añade que lo del sábado es la vuelta a la peor democracia cristiana. Y ahora, para concluir, están montando una contramanifestación para poder realizar comparaciones en los telediarios el próximo sábado. En fin, la manipulación y la mentira se ha convertido en el binomio de hacer política de este Gobierno.
 
Lo que ya tenemos muy claro, después de tres semanas de protesta ciudadana contra las distintas políticas del Gobierno, es que Zapatero no se va a bajar del burro. Engreído de poder y altivo de carácter, el Jefe del Ejecutivo hace caso omiso a las inquietudes de miles y miles de ciudadanos. Él toma las decisiones basadas en el sectarismo, en las hipotecas con los nacionalistas y en el rencor; y esas posiciones son inamovibles.
 
La dinámica de intransigencia en la que ha entrado este Gobierno es muy grave para la estabilidad. Y es que Zapatero arrasa con todo, quema los restos y luego habla de talante. Por favor, que me lo expliquen. Lo que hace este Gobierno es de otro mundo. Eso sí, no tienen pudor para ahogar por todos los medios a los que piensan de forma diferente a ellos. Es una estrategia que al principio realizaban con algún disimulo, pero que ahora realizan ya a la luz del día sin límite y sin vergüenza.

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