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Ignacio Villa

La normalidad necesaria

En un momento tan complicado como el que vive el País Vasco, la normalidad se agradece. Y ese gesto de normalidad se va a percibir en la localidad guipuzcoana de Hernani con la presencia del Rey y del presidente del Gobierno, asistiendo junto al canciller alemán Schroeder a la inauguración del Museo Chillida. Una visita especialmente cuidada desde las instituciones del Estado, y en la que el lendakari Ibarretxe ha puesto especial interés por aparecer en la fotografía, buscando la apariencia de normalidad.

Pero, no nos engañemos, ahí no está la normalidad. La verdadera normalidad la imprime la presencia de Don Juan Carlos acompañado por José María Aznar. Una normalidad con especial relevancia, cuando viene marcada por el mundo de la cultura. Y es que el mundo nacionalista, celoso de crear y mimar la propia cultura, fabricando en muchas ocasiones un engendro sin sentido, se siente agredido cuando alguien les recuerda que no son propietarios y dueños de algo que pertenece a todos.

Esta visita a Hernani aparece, pues, como una visita que hay que tener en cuenta, llena de valor y también de mensajes. No es ninguna provocación, no existe ninguna agresividad. Estamos hablando de la normalidad democrática, de la convivencia respetuosa, del sentido común; y todo esto hay muchos que todavía no lo entienden. Son los mismos que no saben vivir en un entorno de tranquilidad y respeto mutuo.