Los comentarios que ha realizado José Borrell, presidente del Parlamento Europeo, al conocer el accidente de Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre son motivo suficiente para provocar su dimisión. El político socialista, delante de un amplio número de periodistas con los micrófonos abiertos, ha leído en voz alta el teletipo de la noticia de este accidente, y, a renglón seguido, ha comentado: "eso les pasa por ir a los toros en helicóptero". No son unas declaraciones simplemente deplorables; es mucho más. Representan el talante de hacer política que tiene este señor, es la muestra clara de donde están llegando muchos dirigentes socialistas desconcertados y embaucados por la política sectaria y partidista de Rodríguez Zapatero.
El comentario realizado por Borrell no es de recibo ni en una tertulia de café; es algo que nos permite vislumbrar la baja calidad personal de la clase política. A la misma hora que Borrell, con un tono prepotente e impresentable, se reía del accidente del helicóptero en el que viajaban Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre, millones de españoles veían sobrecogidos las imágenes de este espantoso accidente. En décimas de segundos el Partido Popular, y con ellos mucha gente, han aguantado la respiración ante los posibles efectos del accidente. Al final todo ha quedado en un susto; pero un cargo institucional como es el presidente del Parlamento Europeo no se puede permitir un desliz de este nivel. Ha rectificado –de acuerdo– pero no parece suficiente. Lo que pasa es que en el PSOE eso de dimitir no se lleva. Sí Montilla, con las acusaciones de corrupción que tiene sobre su persona no se va, Borrell no va a ser menos.
¿Se pueden figurar ustedes que podría pasar sí en la Cadena COPE se escucha algo como lo dicho por Borrell? Pues es fácil. Inmediatamente una catarata de insultos, de descalificaciones y de barbaridades se habrían derramado de inmediato sobre esta cadena de radio. Pero como es Borrell, aquí no pasa nada. "Es un descuido, un error, una equivocación". Y desde luego, faltaría más, ningún medio de comunicación cercano al Gobierno ha dicho nada. Lo han tapado como si no existiera. ¿Es esa la libertad de expresión que quieren para España? ¿Es ese el modelo de libertades que quieren imponer? ¿Es esa la democracia vigilada que pretenden implantarnos?
Borrell se ha equivocado. Lo ha hecho gravemente. Y si le quedase algo de vergüenza presentaría la dimisión. Esto ya no es talante, no es mal gusto. Es, simplemente, salvajismo político.
