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Ignacio Villa

Se ponen las pilas

El PP comienza a despertar. O, al menos, eso es lo que parece. En vísperas del debate sobre el Estado de la Nación, los populares encienden los motores. Javier Arenas hizo el primer gesto. Servirá para que, de ahora en adelante, se abra la veda. Hasta el próximo 26 de junio, los populares tienen un objetivo: calentar el ambiente, desgastar al PSOE.

Hasta aquí, el análisis de lo que podría considerarse una estrategia normal, en vísperas de un debate que tiene la característica de ser el primer enfrentamiento serio entre Aznar y Zapatero. El primer termómetro claro entre los dos líderes políticos. Pero la cuestión ahora es otra. El gran interrogante es saber si este despertar del PP llega a tiempo, o lo hace después de haberse dejado ganar mucho terreno.

Tras un año de Gobierno con mayoría absoluta, con el norte poco claro, con gestos defensivos y una estrategia pactista que los está llevando a renunciar a algunos de sus principios electorales, el Ejecutivo llega a un debate que se presenta como un verdadero examen. Y lo hace considerablemente “dormido”.

Frente a sí, el PP observa a una oposición contradictoria y desorientada, pero que les está haciendo, a pesar de todo, más pupa de la que ellos mismos habían pensado. Un PSOE incapaz de elaborar un discurso unificado está dejando en evidencia al Gobierno más de una vez.

Con este panorama, el PP se pone las pilas y calienta el ambiente. Dicen que los socialistas están haciendo una oposición de pancarta, y no les falta razón. Pero se olvidan de que esa oposición débil y sin carácter les está contagiando sus males. No es suficiente armar mucho ruido. Al final, siempre aflora el fondo. Los fuegos de artificio no sirven de tapadera, se acaban con demasiada rapidez.

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