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No sé si se han apercibido de este pequeño detalle sin importancia, pero los ministros/as de educación y cultura arrastran los deportes. Algunos los arrastran por su profundo desconocimiento de la materia en cuestión, y otros los arrastran incluso cuando hablan. Sirva como ejemplo la ministra Del Castillo que el otro día dijo, refiriéndose a sí misma, lo siguiente: "la ministra de Educación, Cultura y... Deportes", arrastrando mucho los deportes, haciendo una paradiña no sé si para que luego el editor de turno del telediario cortara por ahí dejando sólo el "Educación y Cultura". Nuestros ministros de educación y cultura arrastran los deportes porque –para qué vamos a engañarnos– no creen en ellos, y todo a pesar de que está muy bien visto repetir entre la clase política el latiguillo de que "el deporte es un extraordinario baremo de la evolución de una sociedad". Pamplinas.

Nuestros ministros/as de educación y cultura arrastran los deportes, (salvo, claro, que salga un Induráin, en cuyo caso habrá visita obligada con foto a los Campos Elíseos de París) y para hacerles la cruz menos pesada se sirven justamente de la figura del secretario de Estado para el Deporte. Un especialista. ¿Qué sucede cuando el ministro/a que arrastra el deporte nombra un secretario de Estado para el Deporte que nunca aparece cuando se le necesita? ¿Alguien ha escuchado alguna referencia de Juan Antonio Gómez Angulo a propósito de la situación por la que atraviesa la Federación Española de Fútbol? Hace tres o cuatro días escuché a Pilar del Castillo que se encontraba recabando toda la información pertinente, pero entre que informan al secretario de Estado y éste, a su vez, pasa el oportuno informe a su ministra, mucho me temo que a Villar le nombran presidente de la UEFA.

Este viernes se reúne la junta directiva de la federación española de fútbol y –tras el cese de Gerardo González, la dimisión en bloque del Comité de Competición y las gravísimas acusaciones de corrupción efectuadas contra uno de sus vicepresidentes– deberá ocurrir algo. Si hoy nos sentimos orgullosos por el 3-1 contra Alemania, también es lógico que estemos decepcionados con el comportamiento de nuestros dirigentes. En último extremo, mientras le localizan a su secretario de Estado (este sí, "para el deporte") siempre le quedará la posibilidad a la ministra de hacer la pausa mucho más larga. Un ejemplo: "esta ministra de Educación, Cultura y.........deportes"...

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