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Que se vayan preparando. Cuando vuelva a despertarse Raúl (y no tardará demasiado porque es un "crack") todos volveremos a viajar a favor de la corriente, por eso yo quiero irme sacando el pasaje y evitarme la marabunta que se formará entre tanto "ya lo dije yo", en la cola de los adivinadores del futuro. No tengo la menor duda de que Raúl González Blanco acabará siendo designado "balón de oro", como no la tenía tampoco sobre su carácter en el terreno de juego, ni sobre que llevaría al Real Madrid a conquistar la Copa de Europa. Y estoy seguro de que volverá a despertarse de un letargo que tampoco ha sido demasiado largo.

Es imposible que un deportista profesional (puede que menos un futbolista) mantenga su mismo tono durante una temporada, a lo largo de varios años. Lo que ocurre en casos como el de Raúl o Figo, o Rivaldo en el Barcelona, es que cuando tienen los biorritmos bajos se nota mucho más. Por ejemplo: nadie ha echado de menos a Flavio Conceicao, jugador que puede pasar la próxima semana por el quirófano y que le costó a F.P. más de cuatro mil millones de pesetas. El brasileño no ha demostrado nada, y sin embargo logra pasar inadvertido... ¿por qué? Muy sencillo: porque no es un "crack".

Desde que Jorge Valdano confiara en él para jugar en el primer equipo, a Raúl --probablemente porque han sido vidas paralelas-- le han sermoneado con la clase, la genialidad, la deportividad de Emilio Butragueño. Me he encontrado a más de un "butragueñista" confeso que, sin embargo, le vio en contadas ocasiones jugar al fútbol. El "buitre" era muy bueno, pero yo me quedo con Raúl. Vi jugar durante muchos años a Emilio, y durante muchos partidos seguidos. Hacía una diablura cada trescientos minutos, pero siempre sostuve (y no voy a cambiar ahora de opinión cuando crece su mito. Ojo: su mito) que no poseía el carácter necesario para liderar a un equipo tan grande como el Real Madrid. Puestos a ser herejes, y a valorar exclusivamente la clase, les diré que a mí Martín Vázquez me pareció siempre el mejor de la "quinta" --como a Menotti--, y Míchel el más completo de todos los que la formaron.

Ahora a Raúl le llueven palos porque no es genial las 24 horas del día. Es probable. Pero cuando Raúl no puede ser genial, marcar ese golazo de la Copa Intercontinental, o sentar a Cañizares en la final de la Copa de Europa, se deja el corazón sobre el césped. Cada partido. Con mayor o menor fortuna pero en cada encuentro. Probablemente quien debiera opinar sobre esto sería Valdano, que jubiló a Butragueño y le dio los galones de mando a Raúl. Pero como él no se mojaría, yo sí lo hago. Dicen que no se puede luchar contra los mitos, pero es que siempre me pareció que el "tendido del 7" del Bernabéu era inclemente con Míchel y pasota con el "buitre". Hablaremos cuando despierte Raúl.

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