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Juan Manuel Rodríguez

En la semana del Real Madrid–Barcelona (I)

Este Enric Reyna me huele a ventajista de mucho cuidado. El otro día, ante el mosqueo generalizado de jugadores y entrenador, estaba ya haciendo pesas –"¡uno, dos, uno, dos, arriba, abajo!"– con una Champions imaginaria, como si el Barcelona hubiera conquistado ya su segunda Copa de Europa. Tras el batacazo del sábado ante el Deportivo de La Coruña simplemente desapareció. Eso no le gusta nada a los profesionales que prefieren justamente lo contrario. Es decir: un presidente que se esfume cuando el equipo gana títulos y aparezca cuando las cosas van mal. Pero Reyna es un discípulo desaventajado de Joan Gaspart. Cuando veo a este personaje zascandileando por ahí, jugando a ser presidente del Barcelona, me acuerdo mucho de Lluis Bassat y de Nicolás Casaus. Echo en falta la voz crítica del primero, y del segundo sólo me irrita que perdiera las elecciones ante José Luis Núñez. Estoy seguro que con don Nicolás en la presidencia, otro gallo le habría cantado al Barcelona. Pero eso es jugar al "fútbol–ficción".

El sábado llegan los azulgrana al estadio Santiago Bernabéu. Si todo sale bien será sólo un anticipo de lo que nos espera en las semifinales de la Champions League. Tanto uno como otro equipo llegan con la soga al cuello, aunque por motivos bien distintos. El Real Madrid tiene que ganar el partido para mantener la distancia con respecto a la Real Sociedad y el Deportivo de La Coruña. El Barcelona debe llevarse algo positivo para distanciarse de los puestos de descenso directo a Segunda División. Nunca fue tan grande la distancia matemática entre ambos, pero el Barcelona juega siempre su Liga particular en Madrid. Parece como si ganar en el Bernabéu justificara una temporada desastrosa cuando eso es "pan para hoy y hambre para mañana".

Conociendo lo sibilino que es Florentino Pérez no me extrañaría lo más mínimo que –"a título estrictamente particular"– invitara al palco a Joan Gaspart. Me sorprendió que el ex presidente asistiera el otro día al Juventus–Barcelona. No hizo declaraciones y salió del campo sin hacer ruido, pero no acaba de irse del todo. A Gaspart le gustan más las cámaras de televisión que a un tonto un caramelo. José Luis Núñez sí se fue bien ido, este otro ni siquiera eso. Igual F.P., que ya ha soltado la primera con el "caso Saviola", le invita para desequilibrar un poco, aunque tengo para mí que este Barcelona está ya demasiado desequilibrado. Para rematarlo podría invitar también a Van Gaal ¿no?


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