Nunca como el otro día rugió tanto el estadio Santiago Bernabéu con Fernando Morientes, uno de los "camisas mojadas" del vestuario más complicado del mundo. Tras cinco temporadas marcando muchos goles con el número "9" del Real Madrid a la espalda –y la gente se sorprendería si comparásemos la trayectoria del "moro" con la de otros históricos y renombrados goleadores merengues–, Morientes debió quedarse estupefacto con la reacción de unos aficionados que han sido con él lo peor que se puede ser con nadie: indiferentes. Harto de estar harto, Fernando dio órdenes a sus representantes para que escucharan las ofertas anuales que le llegan desde Inglaterra o Italia, y en esas estábamos cuando irrumpió en escena la "operación Ronaldo". La utilización de Morientes como moneda de cambio incomodó a sus compañeros, logrando entre los aficionados una reacción unánime que no habían logrado anteriormente ninguno de sus goles. El delantero centro titular del mejor club del siglo XX era héroe por lo que no había hecho. Curioso ¿verdad?...
Quiero ver que Ronaldo sea capaz de marcar tantos goles en sus próximos cuatro años como logró Morientes. A pesar de que Jorge Valdano afirme que ambos tendrán que pelearse por un puesto en la delantera, no creo que a nadie le quepa la más mínima duda de que –salvo lesión, error u omisión– será el "pichichi" del Mundial 2002 quien se haga con la titularidad. Del Bosque, ahora elegido como el mejor entrenador europeo del año, no se ha caracterizado nunca por ser un táctico contra la naturaleza lógica de las cosas. Luis Figo llegó y juega siempre. Zidane, idem de idem. Ahora pasará lo mismo con la última joya de la corona de F. P. Y es curioso, porque Morientes tendrá que contarles a sus nietos que la mayor ovación de su público se la llevó en un partido con el resultado decidido y en el que entró en los últimos minutos. ¡Y ni siquiera marcó!
Son muy malos los tiempos para la lírica de un futbolista que, a pesar de su extrema juventud, tiene ya tres Copas de Europa en su particular palmarés profesional. Y digo esto porque en el club –"Zidanes y Pavones"– pretenden que Portillo sea esto último (o sea: un "Pavón") con lo que Morientes pasaría a ser el tercero de la fila. La del Barcelona habría sido para Fernando la mejor opción, pero ya quedó claro también que Joan Gaspart le utilizó igualmente para frenar lo inevitable. Dentro de cuatro años hablaremos, y entonces la "prueba del algodón" no podrá engañar a nadie. Si en 2006 resulta que Ronaldo, el mejor delantero centro del mundo, marcó más goles que Fernando, les daré la razón a los "anti-morientistas". Mientras tanto, esperemos.
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