Menú
Juan Manuel Rodríguez

Nueve minutos de radio deportiva

Decía el profesor Fernando Lázaro Carreter que con diez minutos de radio tenía más que suficiente para escribir otro "dardo en la palabra"; "y si es radio deportiva me sobran con nueve", añadía. El otro día un lector de Libertad Digital me preguntaba si yo creía que para ser periodista era realmente necesario estudiar una carrera, y le contestaba que lo único que consideraba imprescindible era leer mucho y escribir aún más. La lectura sería algo así como el entrenamiento semanal, el trabajo físico al que te someterías consciente de que sin él no podrías competir el próximo domingo. Lo que logras al escribir diariamente es desentumecer los músculos y comprobar prácticamente de qué forma te ayudaron tus lecturas anteriores. Lo habitual es que, cuanto más leas, más fácilmente puedas llegar también a expresar tus ideas. Aunque siempre están los genios como Ronaldo que, con un par de carreritas en los entrenamientos, tienen suficiente para golear el día del partido.
 
Me parece que el profesor era muy benevolente con quienes nos dedicamos a la radio deportiva al concedernos esos nueve minutos de cortesía. Yo me acuso de haber hablado en público del "colegiado" Tristante Oliva, término que, aunque está también referido por la Academia al árbitro de fútbol, no me gusta un pelo. E incluso habré empleado el vocablo "tridente" para referirme a los tres atacantes del equipo de turno. De lo que sí me acuerdo perfectamente es de haber llamado "físico" hace bien poco a un equipo, como si el rival no lo fuera también y se mostrara impalpable o hubiera desaparecido delante de nuestros propios ojos. Más grave es que definiera a Zidane como un futbolista "desequilibrante"; el francés tendrá muchas virtudes pero definitivamente no se encuentra entre ellas la de producir un desequilibrio entre los defensas rivales provocándoles que trastabillen y caigan desmayados al suelo. Espero no volver a repetirlo más.
 
Sí me he resistido, sin embargo, a utilizar el término "encimar" —tan en boga últimamente— para expresar que un futbolista está muy pendiente de otro y no le pierde de vista. Y, se encuentre o no recogido por el Diccionario de la Academia, me niego a pronunciar la palabra "entreno". Le prometo, profesor, que hablaré con mis compañeros encargados de la narración de los partidos para que eviten decir eso de que "los futbolistas saltan al campo" o que "el jugador ha perdido la verticalidad". Y si me hacen caso —que esa es otra— les pediré que no se coman el artículo y no pronuncien frases como "corre por banda derecha" o "dispara con pie izquierdo", aunque no le prometo nada porque ya sabe usted que la cabra tira al monte. Descanse usted en paz, profesor. Y muchas gracias por la parte que me toca.

En Deportes

    0
    comentarios