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El viernes iba por la Nacional VI (eso para los más pesimistas; para los optimistas la carretera que conduce, si tienes tiempo y el pulso firme, directamente a la ciudad de La Coruña) escuchando "La linterna" de la Cadena Cope y, tras ese certero análisis de la prensa del día siguiente que lleva siempre a cabo Germán Yanke, comprobé que ni siquiera los grandes "diarios de información general" podían sustraerse al éxito futbolístico español en el Mundial, y al "chupinazo" anticipado de nuestro tenis en Roland Garros, esa pista de tierra batida en la que dos compatriotas nuestros suelen jugar la final en los años pares. Federico Jiménez Losantos, el director del programa, participó activamente en el fragor de la batalla deportiva que se entablaba, y eso a pesar de que el año ha sido muy aciago para él tras el descenso de su Zaragoza a la Segunda División. Pero lo que me llamó más la atención fue el silencio de Gabriel Albiac. ¿Por qué callaba el filósofo?

Desde aquí conmino al profesor Albiac a que le guste el fútbol, e incluso le reto a un partido de tenis (quien pierda, paga). Y no sólo a él sino a todos los filósofos del mundo... ¿O es que no está resultando filosófico este Mundial? Por ejemplo, cuando a Iván Helguera no se le ocurre otra cosa que decir que le "jode" no jugar; al madridista le vendría de perlas una racioncita de Schopenhauer cuando salía con aquello tan bonito de: "hoy todo va mal, y según pasan los días será peor, hasta que venga lo peor de todo". ¿Que te "jode" no jugar? ¿Es que acaso no sabes que "podemos considerar también nuestra vida como un episodio fútil y perturbador en la dichosa paz de la nada"?... Don Arturo Schopenhauer ayudaría mucho a Helguera porque entre la suplencia y la "paz de la nada", yo me quedaría con la primera.

Acabo de charlar con Francisco "Pacho" Maturana y me ha dicho que "España sabe a lo que juega". Eso está muy bien, pero ¿sabe por qué juega?... Parece que también, y que la concentración es una "balsa de aceite". Alguien me dijo una vez que "un equipo de fútbol es un estado de ánimo" y el de nuestra selección es excelente. De tal forma que el rudo Camacho habría llevado a la práctica, no sé si consciente o inconscientemente, el pensamiento de Epicuro: "de todos los medios de los que se arma la sabiduría para alcanzar la dicha en la vida, el más importante con mucho es el tesoro de la amistad". Epicuro habría sido un fenomenal entrenador -si es que ya no lo fue en Atenas-, un filósofo al más puro estilo de Arrigo Sacchi o César Luis Menotti. Por eso quiero que Albiac nos ofrezca cualquier opinión (suya) sobre este Mundial, y que no me de la sensación de que en cualquier momento va a preguntar "¿y quién es penalti?" Y si lo pregunta, que lo argumente.

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