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Juan Manuel Rodríguez

Siempre nos quedará la Copa de Europa

Lennart Johansson, presidente de la UEFA, acaba de soñar despierto con la posibilidad de recuperar la tradicional Copa de Europa, la de toda la vida. El nuevo-viejo proyecto se pondría en marcha, si seguimos la estela de la modorra del sueco, allá por el año 2003. Aunque los sueños, sueños son. Seguro que los buenos amantes del fútbol no pueden estar más de acuerdo con esa propuesta. La Liga de Campeones encierra en sí misma una contradicción histórica, y es que la Champions pueda ganarla un equipo que no haya sido siquiera campeón en su Liga; aunque esa posibilidad haya beneficiado claramente al fútbol español (el Valencia este mismo año o el título que el Real Madrid obtuvo la pasada temporada) no es menos cierto que la competición queda claramente desvirtuada, atrae mucho menos la atención del público y agota a los futbolistas sometiéndoles a un calendario diseñado para Robocop.

Las fases iniciales de la Liga Europea han sido una engañifa y, salvo en el caso de los "equipos sorpresa", también un fiasco en cuanto a la asistencia de espectadores al estadio (y el fútbol debe verse en el campo porque, a la larga, la televisión también es un enorme "bluf"). A los aficionados de los considerados "clubes históricos" sólo les interesa el campeonato a partir de los cuartos de final. El resto de interminables y soporíferos partidos sólo tienen una explicación: la crematística; y ahí es donde Johansson va a pinchar irremediablemente en hueso.

Los futbolistas estarían de acuerdo con la vuelta a los orígenes (menor desgaste físico y mayor justicia deportiva); los espectadores probablemente también (menor inversión y mayor espectáculo gracias a la notable reducción en el número de partidos). ¿Y la "patronal"? Los rectores de los clubes -que en breve se van a encontrar con un enorme problema de viabilidad financiera- quieren sobre todo ingresos rápidos, fáciles y sin complicaciones. Dinerito fresco. Pan para hoy y hambruna para mañana porque está muy claro que al final van a acabar matando por inanición a la famosa gallina de los huevos de oro.

Yo quiero que me devuelvan mi Copa de Europa. La "champiolí" fue bonita mientras duró, pero a mí me gustaría ver al campeón de España contra el de Alemania, o al de Inglaterra luchando con el de Francia. Y al resto de equipos rabiando por no haber conseguido ganar la Liga de su país. Sería, además de todo lo anteriormente expuesto, una forma de volver a dotar de personalidad propia al campeonato de la regularidad. Habrá que comprobar si el "G-14" despierta de su sueño al presidente de la UEFA. Entretanto ¿por qué no soñamos todos con nuestra Copa de Europa? Y después que nos despierte F.P.


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