El fichaje de Gasol por parte de los Grizzlies supondría, digo yo, un notición para Sergio Scariolo, tranquilo porque emigraba la "bicha" azulgrana y, por idéntico motivo, un durísimo golpe para Aíto García Reneses, que veía el cielo abierto gracias a la participación de Pau en el Barcelona. Podríamos decir, por tanto, que cuando los millonarios de Memphis pujaron para hacerse con los servicios del mejor jugador español de toda la historia, Scariolo se llevó la alegría de su vida. Debe ser por eso que ahora, justo en las horas previas del duelo en The Pyramid contra Michael Jordan, García Reneses saque su artillería verbal pesada y diga que el seguimiento a su ex jugador le parece "exagerado".
Gasol acabará jugando en Lakers o Celtics. Fundamentos técnicos tiene para ello (Javier Imbroda me confesaba hace poco que no había visto otra cosa igual), y descaro le sobra a borbotones. Dejó bien claro que no iba a USA de vacaciones y lo está demostrando. El malogrado Fernando Martín tampoco se marchó de España con esa intención, pero el rigor de una competición estajanovista acabó por pasarle factura. Todavía me quedo atónito escuchándole decir eso de "ahora podré darle la mano... y ganar", en clara referencia a MJ. Y no le afecta en absoluto enfrentarse con él. Anoche estuvo en "El Tirachinas" y dijo lo siguiente: "Cuando termine el partido, él se irá a Washington y yo me iré para casa". ¿Nada más? Nada más.
A las dos de la madrugada (hora española) en La Pirámide, Gasol jugará con Michael Jordan. Lo hará en igualdad de condiciones, y no como el bueno de Romay, que aún hoy presume de aquel "gorro" que le puso al mito. Un español de veinte años jugará al baloncesto (y lo hará para ganar) en la mejor Liga del mundo. Por eso no me parece exagerado. Mi país ha pasado del "Pepito Piscinas" de Alfredo Landa a Pau Gasol. Yo estoy más cerca del primero, pero me admira lo que hace dentro de una cancha el segundo.
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