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Igual que Betty había dejado de ser fea, yo pensé, ingenuo de mí, que llovería café en el campo y los tontos dejarían de ser tontos. Pero qué va. No hay nada como una telenovela colombiana para confundirle a uno. Una cosa es la televisión, y otra bien distinta la cruda realidad. Algún día la Liga de Fútbol Profesional deberá pensar cómo eliminar a los jugadores de ventaja, a los escamoteadores que se dedican a echarle la culpa al empedrado cuando los únicos responsables de sus males son ellos mismos. En algún momento la todopoderosa LFP tendrá que ponerse manos a la obra para acabar de una vez por todas con los vendedores de crecepelo.

Tras el Sevilla, 0-Real Madrid, 1, asisto estupefacto a la rueda de prensa de Joaquín Caparrós. Ya me las tuve tiesas en su día con el entrenador del equipo andaluz. Tras tirarse dos meses diciendo que el Atlético de Madrid era un fijo para el ascenso a Primera División, y que había que “luchar por el segundo puesto”, al día siguiente de confirmarse el ascenso del Sevilla y la permanencia, otra temporada más, del Atleti en Segunda, le llamé en el “Tirachinas de Madrid” y le exigí que pidiera perdón a los aficionados colchoneros. “¿Cómo?... ¿Qué dice?... Yo pensaba que me llamaba usted para felicitarme”. Un auténtico y genuino caradura.

Como la cabra tira al monte, este sábado Caparrós volvió, erre que erre, a sus viejas denuncias de siempre: “en caso de duda pierde el débil. No sé si es que el árbitro tenía deudas pendientes”. ¿Habrá recapacitado Caparrós tras presenciar en Televisión Española, Antena 3, Tele 5, Telemadrid, Canal Sur y Canal Plus que el gol de Claude Makelele era legal? Yo creo que no, porque Caparrós tiene que seguir vendiendo crecepelo en el estadio Sánchez Pizjuán.

Sigmund Freud lo llamaría “racionalización del propio fracaso”. “Yo no gano partidos porque no me dejan, porque existe un complot interplanetario que me lo impide”. A lo mejor se lo cree el presidente del Sevilla, pero yo no. Jornada 28: Sevilla, 0- Deportivo, 1. Jornada 29: Valencia, 2- Sevilla, 0. Jornada 30: Sevilla, 0- Málaga, 2. Y jornada 31: Sevilla, 0- Real Madrid, 1. ¡El Sevilla lleva un mes sin marcarle un gol al arco iris!... Al final de su rueda de prensa, Caparrós dice que “el Sevilla ha sido muy respetuoso, pero no vamos a consentir que nos tomen por tontos”. El único que toma por tontos de capirote a los aficionados sevillistas es su propio entrenador. Menos hablar de los colores de los árbitros, y más trabajar tácticamente durante la semana para conseguir que el equipo marque un gol antes del año 2010. ¿O es que pretende que le “sople” Del Bosque?

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