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Maite Nolla

Las cosas son como acaban

Cuando se acabe el recurso a decir que los andaluces tienen lo que se merecen, alguien tendrá que responder por este rotundo fracaso en Andalucía, en la misma proporción que se han recibido grandes dosis de 'Nenuco' por los palmeros de la derecha

Yo pensaba que en Andalucía al PSOE le iba a pasar como en todas las elecciones desde las catalanas de 2010: que el resultado iba a ser peor que la peor encuesta. Pero no ha sido así. Y por ello, cuando se acabe el recurso a los tópicos y a decir que los andaluces tienen lo que se merecen, alguien tendrá que responder por este rotundo fracaso en Andalucía en la misma proporción que se han recibido grandes dosis de Nenuco por parte de los palmeros y la cla de la derecha. Y es que viviendo en un lugar en el que un tipo como Montilla ha sido presidente cuatro años, ni se me ocurre decirle a los que pueden votar en Andalucía qué deben hacer con su voto. Prefiero hacer responsables a los que evidentemente no han sabido ganar, por mucho que se constate que la corrupción ni da ni quita votos, o mejor dicho, ni da ni quita los votos suficientes para cambiar gobiernos; aunque seguramente eso sea así porque ningún partido se enfrenta a ella de verdad.

De todas formas, supongo que cuando acabe de juntar estas letras, Arenas o Cospedal, o los dos, habrán presentado su dimisión o algo por el estilo. Y no sólo por perder o por no ganar, sino porque tenían una responsabilidad: igual que Rajoy tenía la responsabilidad de echar al PSOE del Gobierno de España, el PP tenía la obligación de echar al PSOE de la Junta de Andalucía. Lo demás son anécdotas. Al fin y al cabo, el PP que no gana en Andalucía es el que sale del congreso de Sevilla del que tanto Arenas como Cospedal resultaron algo así como muy reforzados.

Porque siguiendo con Cospedal, su "análisis" de lo sucedido en Asturias demuestra que los políticos sólo funcionan con el viento a favor. Eso que llamamos la derecha hubiera ganado dos veces en un año por mayoría absoluta en Asturias, y resulta que para la súper-secretaria-mega-general del PP, el resultado demuestra que las elecciones no eran necesarias: los profesionales de la política poniéndole puertas a la política. Incluso si la culpa fuera de Cascos, el PP reconocerá algún día que ha hecho el ridículo en Asturias, aunque esté aún a tiempo de enmendarlo. Creo que Cascos se conformaría con el mismo cariño que el PP le da a CiU a cambio de nada.

Pero como la política es un no parar, después de haber ganado todo lo que ha ganado el PP, y cuando se les pase el disgusto, no estaría mal que empiecen a pensar en algo para cuando al PSOE no se lo lleve la corriente.

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