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Pedro de Tena

Los muelles y San Pedro Sánchez

El que gane no dejará piedra sobre piedra del poder acumulado por el contrario.

Siempre he tenido dudas acerca de qué invento humano ha sido más importante a lo largo del siglo XX. Desde el viernes, me siento inclinado a considerar que internet y sus derivados deben ocupar la primera plaza a pesar de la grandeza de otros hallazgos e innovaciones. Barruntaba yo cómo tener conocimiento de primera mano de los dos mítines que enfrentaban en Sevilla, a poco más de kilómetro y medio de distancia, a los candidatos socialistas a la secretaría general del PSOE, Pedro Sánchez y Susana Díaz. Si iba a uno no podría ir al otro o, si iba, no lograría enterarme bien de ninguno de los dos. Así que busqué en Internet y encontré que los candidatos habían dispuesto la transmisión televisiva en directo de sus actos electorales vía You Tube. Probé, compuse y asistí en una mitad de la pantalla de mi ordenador al de Pedro Sánchez y en la otra mitad, al de Susana Díaz. Sabía que algo podría escapárseme, pero no lo más gordo a pesar de mi posición de comentarista de tenis muelleando de derecha a izquierda al vuelo de los mensajes.

El sol estaba todavía belicoso y el falso río Guadalquivir, que el verdadero que corre hacia Sanlúcar va por otra parte, aparecía en las dos panorámicas. Una, se deslizaba desde el Muelle de la Sal y la otra, desde el Muelle de las Delicias. Dos personajes relevantes en cada uno. Anne Hidalgo, alcaldesa de París, que transmutó a Pedro Sánchez de alguien que no sabe siquiera lo que es una nación en estadista internacional y Alfonso Guerra, que estuvo aunque guardó silencio como Felipe González desde hace semanas. Pero, en realidad, lo importante era la gente, bastante más en el de Susana que en el de Sánchez, y un mismo partido socialista dividido y enfrentado en dos explanadas. Podría ser un hermoso espectáculo democrático si no fuera por los modos antidemocráticos demostrados a lo largo del proceso. El que gane no dejará piedra sobre piedra del poder acumulado por el contrario. Uno ya o ha anunciado. La otra, lleva veinte años especializándose en golpecitos, golpes y golpetazos para deshacerse de adversarios.

Andaba yo en esas meditaciones cuando saltó a la tribuna sanchista el alcalde de Dos Hermanas, Quico Toscano, que defendía el papel de la militancia y el cambio desde su ordeno y mando en la ciudad desde hace treinta y cuatro años y con buena parte de su familia perfectamente colocada, como ha sido costumbre de muchos de los dirigentes socialistas andaluces desde 1982. En el otro escenario, creo que era Micaela Navarro, dicen que la traidora a Sánchez, la que estaba interviniendo. He de decir que el mitin del "largo caballero" hubo más puyas y banderillas negras que en el de "prieta" Susana Díaz, dedicada más que nada a la defensa del socialismo andaluz, madre del socialismo español.

Pero el momento estelar, a la manera de ver de este testigo directo, fue cuando Toscano, el jefe del clan nazareno del PSOE sevillano, dijo que iba a decir algo que se dijo ya hace más de 2.000 años. ¡Coño!, me dije y me callé por dentro. Fue entonces cuando escuché a Quico referirse a Pedro Sánchez como a un San Pedro. Hombre, en los muelles, desde Sevilla a Madrid, que los ha tenido, o de Valencia a Vigo o Barcelona a Bilbao, puede haber peleas de estibadores y sus mafias incluso asesinatos impunes. Lo que no se había visto nunca es que en los muelles se dijera: "Pedro, eres piedra y sobre esta piedra edificar….emos el nuevo socialismo". Así, de un plumazo, Pedro Sánchez fue convertido en primer apóstol de la nueva fe política. Entonces, comprendí que lo que había estallado en el PSOE era una guerra de religión y que en ese tipo de contienda el exterminio y el infierno son la bandera de los contendientes.

Me vino a la cabeza lo de aquel obispo francés medieval que, en una batalla religiosa, al ser preguntado sobre cómo diferenciar a los buenos de los malos respondió: "Matadlos a todos, que Dios ya los distinguirá". O sea: gane quien gane, habrá demasiados muertos y lo veremos en directo por You Tube.

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