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Percival Manglano

La Semana Santa y lo privado

Lo privado, en 'podemés', es sinónimo de corrupción. Y la Semana Santa se está privatizando.

Lo realmente preocupante de lo dicho por Podemos sobre la Semana Santa no fue lo afirmado por su responsable sevillana; fue lo que dijo su líder en la capital andaluza al cabo de unos días.

Recapitulemos. La recién elegida secretaria general de Podemos Sevilla, Begoña Gutiérrez, dio una entrevista a El Mundo y, ante la pregunta de si Podemos prohibiría la Semana Santa, no lo desmintió. Optó, al contrario, por responder en podemés (la lengua usada por los responsables de Podemos para ocultar su pensamiento). Dijo que serán "los ciudadanos y las ciudadanas" los que decidirán al respecto porque así funciona Podemos. Ante la polémica generada, Gutiérrez reaccionó escribiendo un tuit en el que dijo que "no cuestiona" la celebración de la Semana Santa.

Pero hete aquí que Pablo Iglesias tenía un acto en Sevilla unos días más tarde. Contrariamente a su estrategia habitual de ponerse de perfil cuando arrecia la polémica, esta vez dijo algo aunque fuese de pasada (en el minuto 14:50 de este vídeo). Traducido del podemés, lo que dijo es una carga de profundidad.

Iglesias dedicó su discurso, cómo no, a denunciar la corrupción de la casta. Estando en Sevilla, atacó al Ayuntamiento de Sevilla (del PP) por privatizar lo público en beneficio de unos pocos. "Lo que es de los sevillanos se convierte en patrimonio privado, ¡privado!", exclamó. A renglón seguido, preguntó retóricamente: "¿Quién va a quitar la Semana Santa?". Antes de que nadie del público pudiese responderle "¡Nosotros!", se respondió a sí mismo: “Los que quieren privatizarla”. Y continuó con su diatriba contra los que se hacen ricos gracias a sus amigos de la casta para concluir que él va a sacar la escoba para barrerlos a todos.

La Semana Santa, pues, es equiparable a la corrupción. Lo privado, en podemés, es sinónimo de corrupción. Y la Semana Santa se está privatizando. Que las cofradías sean asociaciones privadas constituye la mayor amenaza para la Semana Santa. Una amenaza comparable a la de la corrupción en las instituciones públicas. Da igual que la Semana Santa tenga más de cinco siglos de historia privada, es decir, ligada a la sociedad civil. Ahora su continuidad depende, para Podemos, de su carácter público.

Es evidente que lo que oculta el podemés es una vocación de control de la sociedad civil. Toda iniciativa privada –sobre todo de la dimensión de la Semana Santa– es una amenaza para "lo público" porque está incontrolada. El orden que busca Podemos es un orden centralizado, asentado en el control absoluto del Estado sobre su población. El caramelo con el que lo presenta es la promesa de una vida sin corrupción y sin necesidades; la educación, la sanidad, las pensiones, la vivienda…, todo será provisto por el poder público sin que "la gente" tenga que hacer ningún esfuerzo económico añadido para pagarlo (de eso ya se ocuparán los ricos, es decir, los demás). Pero el verdadero objetivo de Podemos es ampliar los poderes del Estado en detrimento de lo privado para asegurar su control sobre la gente.

Iglesias comenzó su discurso en Sevilla denunciando que Canal Sur le había anulado una entrevista pactada (acusación que Canal Sur tachó de "falsa"). Dijo que la televisión andaluza es un servicio público, de todos, y, por lo tanto, debería darle visibilidad. En verdad, el ejemplo de Canal Sur sirve para demostrar justo lo contrario de lo que argumenta Iglesias y, de paso, para deconstruir el podemés. Y es que lo público es, ante todo, del Estado. Como tal, está al servicio de los intereses del Estado. Éstos no siempre coinciden con los intereses de los ciudadanos (intereses que son, en todo caso, muy diversos). Y el Estado está dirigido por un Gobierno compuesto por políticos que también tienen tendencia a promover sus propios intereses por encima de los de los demás. Es absurdo pensar que la solución para resolver los abusos de unos políticos es cambiarlos por otros políticos mientras se mantienen (o, incluso, amplían) los instrumentos de propaganda de los que disfrutan: por ejemplo, un canal público de televisión. ¿Alguien tiene alguna duda de que un Canal Sur bajo Gobierno podemita sería tan o incluso más sectario de lo que lo es ahora?

Sus líderes jamás lo van a admitir porque contradice su ideología, pero es evidente que la plataforma de lanzamiento de Podemos fueron las televisiones privadas y no las públicas. Ahora que el partido ha crecido, su objetivo –que el podemés pretende ocultar– es aprovechar las libertades que le ofreció lo privado para tomar el control de lo público y asegurar a continuación que nadie más pueda volverlo a hacer.

www.pmanglano.com

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