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Pío Moa

No me siento americano

El ataque a las torres neoyorkinas abre un camino espeluznante al terrorismo, que incluye la posibilidad de atentados masivos con armas químicas o bacteriológicas, quizá incluso atómicas. Es una llamada de atención que debe ser entendida y atendida en todo su alcance. Si no se corta desde ahora, enérgicamente, ese camino, destruyendo sin contemplaciones las organizaciones terroristas, las perspectivas pueden ser de verdadera pesadilla: no es un problema de orden público, en general, sino de guerra; y aunque se trate de una guerra muy especial, en la que los ejércitos tradicionales no tendrán el papel decisivo, debe ser conducida con determinación y sin ambages. Y la reacción contra la amenaza debe ser común por parte de los que se sienten amenazadas tanto su seguridad como los valores de la democracia.

España tiene un problema serio de terrorismo, que no ha encontrado apenas comprensión ni solidaridad en nuestros (más o menos) aliados. Dejando aparte a Francia, cuya responsabilidad en el terrorismo español es enorme, o a Bélgica y otros países, la prensa anglosajona, en general, evita presentar a la ETA como organización terrorista –llega a ponderar sus "audaces acciones"–, y habla del PNV como partido "nacionalista moderado" y "democrático", aunque su papel como encubridor y beneficiario del pistolerismo solo se le escapa al que quiere. Al parecer, los muertos en España son de segunda clase.

No se trata de crear resentimientos, pero sí de ser realistas y no perder el equilibrio, pasando del polvoriento antiamericanismo de la izquierda al "patriotismo yanki" que respiran muchos ahora, dispuestos a ponerse a las órdenes de Washington con ciego entusiasmo y a esperar que nos solucione nuestros problemas. USA no va a resolver nuestro problema con la ETA, porque para los norteamericanos es un asunto muy secundario, y porque la lucha contra el terrorismo islámico va a absorber sus principales esfuerzos. Y también sería una vergüenza para nosotros que nos lo resolviera. Tampoco nos lo van a resolver otros países europeos, aunque medidas como el espacio legal común contribuirán al acoso de los etarras.

Además de la ETA, el terrorismo islámico puede afectar cada vez más a España, si España, como es de esperar, defiende consecuentemente los valores de la libertad y la democracia. En ese sentido, debemos estar con USA, por la cuenta que nos trae; pero no a sus órdenes. Me siento solidario con las víctimas de Nueva York, pero no me siento "americano" ni soldado auxiliar de Bush, cuya actitud, por lo demás, me parece justa. Espero no encontrarme solo en esta posición. Pues si no tenemos un mínimo de dignidad y confianza en nosotros mismos, recogeremos toda la miseria a la que nos haremos acreedores.

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