Conferencia en la universidad de Almería: "La alternancia política en la II República". Surge el problema de si alguien puede ser historiador sin titulación académica. Un problema no intelectual, sino burocrático, muy típico de la degradada universidad española, y planteado precisamente por quienes más la han degradado, profesores-propagandistas de medio pelo.
El argumento tendría peso en el caso de carreras como la medicina o carreras técnicas, pues es muy difícil adquirir fuera de ellas los conocimientos necesarios. Pero no en el caso de las humanidades y letras en general. Para ser político no es preciso haber estudiado Ciencias Políticas, para ser periodista no hace falta pasar por las (horrendas) facultades de Ciencias de la Información, para ser novelista o poeta no es preciso pasar por las facultades de Filología, y, desde luego, para ser historiador no hace falta, incluso no conviene, pasar por una facultades de historia dedicadas en buena medida a falsear el recuerdo del pasado.
No es lo mismo, en suma, ser historiador, o escritor, o periodista, etc., que ser licenciado o doctor en las respectivas carreras universitarias. A veces llega a ser lo contrario.