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TVE: Caffarel aconsejada

Miente un colaborador de El Periódico, Antonio Gómez, cuando dice que Carmen Caffarel, la nueva directora de RTVE es “autora de varios libros de su especialidad”. En el ISBN sólo aparecen dos publicaciones en las que ella ha participado. Una, de 1994, en la edición de las ponencias del I Encuentro de Almagro bajo el título “Comunicación y movimientos sociales”, editado por la Diputación provincial de Ciudad Real, y otra editada en 1996 por la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense en el que figura como compiladora y que responde al título de “El concepto de información en las ciencias naturales y sociales”. No debe mentir cuando dice que es miembro activo de organizaciones sociales como Cruz Roja, Médicos sin Fronteras o Amnistía Internacional. Acaso esto, más su experiencia como gestora al frente del vicerrectorado adjunto de alumnos y relaciones internacionales de la universidad Rey Juan Carlos desde 2001, puede ser que le permita, además del conocimiento teórico del asunto, que se le supone como catedrática de Comunicación audiovisual y publicidad que es, hacer algo al frente de RTVE, ese monstruo apandador que adeuda 6.860 millones de euros, o sea, un latrocinio tolerado, institucionalizado, enmascarado bajo el disfraz de Ente, tanto por el PP como por el PSOE.
 
Al departamento universitario de doña Carmen se incorporaron personas con bastante, incluso con mucha experiencia práctica en los asuntos televisivos, como José Miguel Contreras –mandamás del grupo Árbol, antes Globomedia, la productora de Emilio Aragón y compañía– y Mikel Lejarza, hombre de Vocento implicado de manera compleja en Tele 5 y en la productora mencionada. La última aparición significativa de la señora Caffarel fue la presentación de la conferencia del director de la cadena Ser, García Ferreras, al que felicitó por lo bien que lo había hecho el 11-M y posteriores. O sea, que todo pesimismo está más que justificado.
 
Informa El Mundo que hoy entra en vigor un Real decreto por el que se crea el consejo para la reforma de los medios de comunicación de titularidad del Estado. Lo precede con una antetítulo ilusionado: Impedirá controles políticos externos. El Consejo, cuyos miembros nadie sabe por qué han sido elegidos, tendrán nueve meses para hacer un informe que será tenido en cuenta a la hora de elaborar las disposiciones normativas que permitan poner en práctica sus recomendaciones... O sea, como el déficit, como la subida del salario mínimo, como los efectos de las disposiciones contra la violencia de género, como... Cuando Dios, con perdón, quiera. Hay gran expectación, sobre todo, por saber cómo se va a cuadrar el círculo de emitir menos publicidad y reducir las pérdidas del monstruo.
 
Por su parte, Juan Menor, si es cierto lo que dice El Confidencial Digital, duda entre quedarse en TVE o irse a Antena 3. El todavía director de la televisión pública española lleva, según este medio, fama de poco resolutivo. Alguien, no se sabe quién, porque la señora Caffarel toma posesión hoy, le habría mejorado la oferta, pero, claro, con fecha de caducidad, lo que se tarde en llevar a la práctica lo que pergeñen los sabios antes aludidos. Carlotti lo quiere para que le aligere el día a día de la televisión controlada por Lara y así, suponemos, poder dedicarse a los asuntos societarios, amenazados por el asunto del laudo aquel de Blas Herrero, el lechero, contra Onda Cero, la que fue de los ciegos. Menor sabe, según se dice, de las cosas de la programación, pero en la pública uno pierde muchísimo tiempo y energía en armonizarse con la burocracia administrativa, y con los protocolos y condicionamientos político-sindicales, algo en lo que suelen ser expertos los docentes metidos a gestores.
 
Este mismo medio nos dice que Accenture ha terminado y entregado un plan de contabilidad analítica para RTVE que le encargaron. Dicen que será “clave para conocer la subvención presupuestaria que habrá de aportar el Estado para el mantenimiento de la empresa”. Ha sido bautizado con el nombre de “Proyecto Integra”. La información recuerda que el presidente de la SEPI  pidió repetidas veces, con el éxito sabido, “un plan de ajuste “realista” y medidas drásticas de recorte de gastos para contener la deuda de TVE y acabar con ella en un corto periodo de tiempo”. ¿Lo logrará el nuevo jefe de la SEPI o acaso el comité de sabios recomendará que la saquen de ahí?
 
La SEPI precisamente encargó a la Academia de Televisión en colaboración con la consultora Corporación Multimedia un informe a punto de ser entregado con el título: ¿Queréis un buen Consejo? Se refiere al Consejo Audiovisual Estatal, órgano del que hasta ahora no disponíamos. Y para saber si era conveniente que existiera, en lo que coinciden el 90% de los consultados, y cómo diseñarlo, se encargó el estudio. En él han participado 58 expertos, teóricos y profesionales del mundo de la comunicación, de la enseñanza, de la producción audiovisual, de la política, de colectivos sociales, etcétera. En fin, completísimo, como para contentar a todo el mundo, si ello es posible. Esperemos que lo tengan en cuenta los expertos, aunque las competencias del consejo llegarían no sólo a las de titularidad pública, que también, sino a todas las televisiones.
 
¿Aceptará finalmente Fran Llorente la dirección de los informativos de la televisión? Sólo en caso afirmativo lograremos saber si es tan buen chico como les parece a muchos o un dogmático, todo lo alternativo que se quiera, que hasta ahora no ha tenido poder.  Piqueras, por su parte, parece que está gozoso de volver a la radio de la que salió hace ya bastantes años. Está visto que hay asunto para una temporada.

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