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Zoé Valdés

Otra matanza en otro momento clave

Cada vez que los demócratas norteamericanos ganan las elecciones, las matanzas con armas en las escuelas se vuelven seguidas, frecuentes.

Debí escribir acerca de las próximas elecciones presidenciales en Colombia, donde se juega la libertad del continente, y también del mundo, porque de lo que se trata siempre frente a narcoterroristas y comunistas es de absoluta defensa de todas las libertades, de ninguna manera de paz, como quisieron hacernos creer desde aquel infame Concierto por la Paz de Juanes y compañía, en La Habana en el 2009 (gobernaba en USA Barack Obama), donde entre los pocos que protestamos estuve yo, denunciando el evento absolutamente macabro que se avecinaba y que se efectuó con nocturnidad y alevosía y como objetivo principal llevar a cabo los famosos diálogos de paz entre narcocriminales, los que le regalaron un Nobel de la Paz al expresidente Juan Manuel Santos, y abrieron un espacio supuestamente democrático a los narcoguerrilleros colombianos desde La Habana, ¡nada más y nada menos desde un yate a todo lujo cuyo timonel no lo manejaban otros que los tiranos del castrismo! Pero… ocurre otra matanza en una escuela en Estados Unidos, y debo elegir, entonces no consigo evitar escribir sobre lo segundo, o lo más reciente.

Cada vez que los demócratas norteamericanos ganan las elecciones, las matanzas con armas en las escuelas se vuelven seguidas, frecuentes. Esta vez no ganaron, como se ha podido probar mediante el documental 2000 mules de Dinesh D’Souza, sino que hicieron fraude, y siguen haciéndolo como es habitual con esta gente, al querer desviar la atención hacia el lado conveniente a sus intereses.

Porque qué casualidad que suceda esta carnicería atroz en medio de un proceso en el que se acaba de descubrir lo siguiente…

Según Durham, Joffe y sus asociados manipularon esos datos para que pareciera que Trump y aquellos en el mundo de Trump tenían interacciones sospechosas con direcciones de protocolo de internet (IP) afiliadas a un proveedor de telefonía móvil ruso. Luego combinaron esas acusaciones con los materiales falsos de Alfa Bank (el tema de la reunión de otoño de 2016 de Sussmann con el entonces asesor general del FBI, James Baker).

Esta información dañina, que pretendía mostrar al menos evidencia circunstancial de la colusión entre Trump y Rusia, se presentó el 9 de febrero de 2017 a lo que Durham describe como la "Agencia-2" del Gobierno de EEUU.

Esa agencia era la CIA. Sabemos con seguridad que Sussmann se reunió con el asesor general de la CIA. Supimos en enero de 2022 que, si hay que creer a Sussmann, había otros dos empleados de la CIA en esa reunión.

En otras palabras, un contratista que apoya a (Hillary) Clinton (Joffe) obtuvo información confidencial (quizás de manera ilegal) sobre la Oficina del Presidente de los Estados Unidos (Trump), manipuló la información, se la pasó a un abogado de DNC/Clinton (Sussmann), quien luego lo entregó a la CIA…

(Consulte aquí la fuente: https://technofog.substack.com/p/the-unstated-scandal-the-cia-collected?s=r)

Qué casualidad, decía, que entonces ocurra como en la época de Obama, otra matanza en una escuela que costó la vida a 19 personas, la mayoría niños, y que el supuesto desequilibrado haya sido abatido, y que nadie haya reparado en sus anteriores avisos dirigidos a personas desconocidas para él, elegidas al parecer al azar. Cuando la casualidad se hace evidencia reiterativa no queda ninguna otra opción que la duda, nutrida por acontecimientos que comienzan a ser demasiado graves debido a la enormidad de su peso.

Son numerosas las personas fallecidas en extrañas circunstancias, las que por una razón u otra no sólo se hallaron próximas a Hillary Clinton, además estuvieron vinculadas a investigaciones de fechorías supuestamente cometidas por esta mujer, o inmersas en la investigación de esas trastadas. Desde hace años vengo siguiendo esa traza de crímenes, huellas horrendas, casi todas conducen a una especie de cementerio privado que da pavor.

El periodismo no se hace con suposiciones, pero en la historia del periodismo las suposiciones han sido en diversas e incontables ocasiones el pie forzado para hallar la verdad en medio de un cúmulo de hechos concretos.

Sí, lo sé, es horrendo pensar de tal modo en medio de la tragedia, y de veras que lo siento. Pero antes de que les inunde y ciegue la pasión, sin poner en primer orden el sentido y el análisis, en vez de volver con la candanga de la prohibición de la venta de armas y tal, averigüen a quiénes convendría esta tragedia ahora mismo, quiénes ostentan el poder tras el auténtico poder y quiénes sustentan el poder real para propugnar empuñar las armas, al mismo tiempo prohibiéndolas –privando al pueblo de su defensa–, y asesinar a quien sea, niños y los que se interpongan, con tal de salvar ellos sus miserables pellejos.

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