L D (Agencias) En menos de dos meses, el vicepresidente primero ha tenido duros roces con la mayoría de miembros del Gobierno socialista. Pedro Solbes y su equipo se han enfrentado con el ministro de Industria, José Montilla, (horarios comerciales), Magdalena Álvarez (privatización de Renfe), María Teresa Fernández de la Vega (privatización de RTVE), Elena Espinosa (destitución del presidente de Cetarsa), María Antonia Trujillo (ayudas directas al alquiler), la directora de RTVE, Carmen Caffarel, y el propio José Luis Rodríguez Zapatero (a cuento de la reforma fiscal).
Después de que Solbes se opusiera a castigar el ahorro y subir los impuestos a las plusvalías, los sindicatos UGT y CCOO e Izquierda Unida mostraron su oposición al discurso del vicepresidente económico. Este lunes, el coordinador de IU ha exigido una desautorización oficial de Solbes.
En una rueda de prensa en Sevilla, Gaspar Llamazares anunció que la pregunta que hará a Zapatero durante la próxima sesión de control al Gobierno en el Congreso será si va a "cumplir su programa en materia social", o si, por el contrario, "piensa cumplir con el catecismo del padre Solbes, que se está convirtiendo en una especie de padre castrador, represivo, que no quiere saber nada de propuestas de esperanza y de cambio, sólo de estabilidad y déficit cero".
Precisamente, este jueves Zapatero se refirió en la Cadena SER al papel que ejerce Pedro Solbes dentro de su Gobierno. "El ministro de Economía siempre aporta una dosis de serenidad y tranquilidad", dijo el jefe del Ejecutivo, que defendió como "normal" que sus ministros se expresen "con libertad" y aseguró que "es mucho más la espuma que el contenido".
Desde el PP la visión de estos enfrentamientos es muy distinta. El secretario general adjunto, Ángel Acebes, dijo este jueves en Segovia que el Gobierno que preside el socialista "está ofreciendo un espectáculo bochornoso y lamentable, con constantes contradicciones entre sus ministros". Acebes añadió en conferencia de prensa que "el presidente desmiente lo que dice el vicepresidente Solbes y éste, a su vez, quita la razón a los ministros, lo que da poca fiabilidad y muestra la carencia de un proyecto económico serio".