L D (Libertad Digital) La Junta de Castilla-La Mancha declaró el nivel 2 de alerta a las 19:15 horas del domingo, al mismo tiempo que los pilotos de un helicóptero de la base del retén heliotransportado de Corduente (Guadalajara), dependiente de la Comunidad, informaban de que se habían encontrado los cadáveres de los once desaparecidos, así como su situación. Sin embargo, la consejera de Medio Ambiente, Rosa Arévalo, aseguró que a los ocho de la tarde la Junta sólo tenía "constancia cierta" de desaparecidos.
El consejero de Presidencia, Máximo Díaz–Cano, afirmó el martes por la mañana, que se elevó el nivel de alerta ( a las 19:15 horas del domingo) "cuando se tuvo conocimiento de la existencia de los once fallecidos, a los cuales ni si quiera se podía acceder para evacuarlos". Pero horas después matizaba que la medida se adoptó cuando se sabía que el retén estaba desaparecido pero no se habían confirmado las muertes.
Según los datos obtenidos por ABC, en torno a las 19:15 de la tarde, cuando se decretaba el nivel 2 de emergencia, desde el mismo lugar en el que aparecieron los cuerpos calcinados ya se informaba por teléfono móvil de que los cadáveres estaban allí; incluso se aportaba su localización exacta con las coordenadas correspondientes, la situación de los cadáveres respecto a los vehículos y las matrículas de los coches calcinados.
Desde las 17:00 horas de la tarde ya se puso en marcha la operación de búsqueda ya que varios testigos aseguraban haber visto cómo el retén había quedado rodeado por las llamas.
La Junta tenía constancia de los cadáveres desde las 19:15
De la base de Corduente partieron dos helicópteros que ya habían participado en las labores de extinción del fuego. Consiguieron localizar el lugar exacto donde se encontraban los once desaparecidos, y tras buscar un lugar seguro para poder aterrizar (aproximadamente a un kilómetro de los cuerpos), uno de ellos descendió del aparato.
Al llegar a la zona, conocida como el Rincón del Jaral, comunicó por teléfono móvil con su base, desde la cual se informó a los responsables de la Junta de Castilla-La Mancha. El helicóptero decidió entonces, ir a un pueblo próximo en busca de una pareja de la Guardia Civil para que custodiara a los cadáveres. Después de dejar a los agentes, se dirigió a su base, situada a unos veinte minutos de vuelo.