Si la Copa del Rey de fútbol se jugase con un sistema parecido al del carné por puntos, un sistema de "a tanto la pieza" en función del poderío del rival eliminado, el Zaragoza sería campeón sin necesidad de jugar la final. Baste recordar que, mientras el equipo que entrena Víctor Muñoz dejó en la cuneta a Atlético de Madrid, Barcelona y Real Madrid, el Español de Miguel Ángel Lotina se deshacía, entre otros, de Getafe, Cádiz y Deportivo de La Coruña. Tras eliminar a los tres equipos con mayor historial del fútbol español, y después de haber humillado en La Romareda a todo un Real Madrid, era lógico pensar que el Zaragoza fuera algo más favorito que el Español.
Pero en la Copa, desgraciadamente para los zaragocistas, no existe el carné por puntos. Y a Lotina, que podría pasar perfectamente por el vecino del 6ºB, se le podrá acusar de todo menos de que no extrae conclusiones de los partidos que presencia. El 6-1 de marras debió servirle al técnico españolista para darse cuenta de que el Zaragoza le mataría a la contra si se lanzaba decididamente a por el partido. De ahí que Lotina, el del 6ºB, le regalara el balón al equipo de Víctor Muñoz para ver qué sabía hacer exactamente con él. Y la verdad es que el Zaragoza, convertido en favorito después de haber jugado rezagado ante Atlético, Barça y Madrid, siempre se sintió incómodo en su nuevo papel. Víctor carecía de un plan B, mucho menos después de haber encajado el primer gol a los noventa y seis segundos de juego.