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Juan Manuel Rodríguez

Por "culpa" de Bernard Lagat

El Comité de Competición de la federación española de Atletismo acaba de sancionar con dos años de suspensión (hasta el 9 de junio de 2005) a Alberto García tras haberle hallado culpable de ingestión exógena de eritropoyetina sintética (la famosa EPO), una sustancia que incrementa la concentración de glóbulos rojos con lo que el atleta consigue retrasar la aparición de la fatiga. El Comité de Competición no tiene dudas al respecto y Alberto García mantiene su inocencia. Y yo me pregunto, ¿para qué querría doparse el campeón de Europa de 3.000 y 5.000 metros? Alguien podrá responderme que justamente para serlo, para convertirse en un campeón, pero yo no lo tengo claro porque García lleva demostrando un magnífico nivel desde hace mucho tiempo y fue sólo hace unos pocos meses cuando dio positivo por EPO en un control. Al contrario que la Federación Española, yo sí mantengo una "duda razonable". ¿Por qué?... Por "culpa" de Bernard Lagat.

Estaba escrito que Lagat tendría que haber sido el máximo rival de Hicham El Guerrouj en la final de los 1.500 metros del Campeonato del Mundo que se celebró en París. Sin embargo la delegación de su país recibió una notificación el 21 de agosto (dos días antes de que comenzara la competición) en la que se le comunicaba su positivo por EPO tras un test ordenado por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en una carrera disputada en Alemania el 8 de agosto. ¿Iba Lagat, poseedor de la tercera mejor marca mundial de todos los tiempos (3:26:34), a exponerse a una situación así cuando sólo faltaban dos semanas para los Campeonatos del Mundo? Existía una "duda razonable", pero Lagat no corrió y su preparador –James Templeton– tuvo que inventarse deprisa y corriendo una "enfermedad diplomática". El 1 de octubre, tras los contraanálisis, la IAAF le rehabilitó. Rehabilitado sí, pero ¿cómo compensarle?

Algo debe fallar en los controles de la eritropoyetina sintética. Fouad Chouki acabó octavo en aquella final de los 1.500 metros que no pudo disputar Lagat. El francés también dio positivo por EPO, aunque él cuenta una historia muy distinta. Chouki, que ahora se expone como García a dos años de suspensión, explica cómo una enfermera a quien no podría identificar le pinchó cuando se dirigía a pasar los correspondientes análisis, alegando en su defensa una suerte de complot porque él no trabaja con el médico de la federación francesa. Más dudas razonables. Yo creo que Bernard Lagat tenía razón cuando dijo que esos controles no son seguros. Y creo en la inocencia de Alberto García.


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