Menú
Ignacio Villa

La política del camaleón

Muchos militantes socialistas se preguntan cuál será el próximo cambio estratégico en el PSOE, al ver cómo ahora la dirección federal anuncia que en el programa electoral del Partido, el de las generales de marzo, se va a incluir un nuevo modelo de financiación autonómica. Un modelo que, según la pistas facilitadas por Zapatero, se va a adaptar a las medidas de cada Comunidad. Dicho de otra forma: el secretario general del PSOE se vuelve a dejar llevar por la corriente. Incapaz de imponer una directriz en las políticas generales de su partido, ha optado definitivamente por el "todo vale". En ese partido, cada cual hace lo que quiere y, luego, el señor Zapatero da el visto bueno a todos con la excusa de la "pluralidad". Pero, ojo, en las filas socialistas, de pluralidad, nada de nada, lo que ocurre es cada uno va por libre y el secretario general es incapaz de dar un golpe en la mesa. ¿Solución? Cada uno a su aire.
 
Con tanto desaguisado que arreglar en la calle Ferraz, se hace imposible remendar un programa electoral maltrecho por las incoherencias internas, la falta de liderazgo y los cambios de timón de una dirección cada vez más desorientada y embargada por sus propios defectos. Ese programa electoral, que difícilmente podrá recuperar un pulso perdido hace tiempo por su actual secretario general, nos ha deparado ya una gran sorpresa: una fotografía que no hace muchos meses era impensable. Rodríguez Zapatero flanqueado en el balcón del Palacio de Gobierno, en Barcelona, por Pascual Maragall y por Carod Rovira. La imagen, posterior a la toma de posesión del nuevo Ejecutivo catalán, es demoledora para cualquier socialista que intente mantener un mínimo de coherencia política.
 
Esas compañías lo explican todo. Es una puesta en escena de la contradicción permanente en la que vive el líder socialista. Como un auténtico camaleón político –¿serán los consejos de Pérez Rubalcaba?–, Zapatero se adapta al terreno que pisa, una actitud que, en política, más que una virtud resulta un tremendo fiasco. En este proceso oportunista y de adaptación al terreno, cada vez más pantanoso, Zapatero anuncia ahora  que el programa electoral del PSOE incluirá un nuevo modelo de financiación de las comunidades autónomas. ¿Sorpresa? Ninguna. El "balcón catalán" lo dice todo. El programa electoral del PSOE pasa por Barcelona, pero también por Sevilla y por Bilbao. Pasa por tantos sitios que deja de ser un programa electoral de un partido nacional, para convertirse en una colección de remiendos que presenta muy mal aspecto. Zapatero quiere tener contentos a todos y eso en política es imposible.

En España

    0
    comentarios