Tras asistir a la colocación de la primera piedra (hay quien, desde la oposición, asegura con convicción y un pelín de mala leche que será la primera y la última, no sé si confundiendo sus deseos con la realidad) de la nueva ciudad deportiva del Real Madrid, sita en el Parque de Valdebebas, Florentino Pérez ha querido dejar claro que el año que viene vendrá otro "galáctico".
No renuncia, por lo tanto, el presidente madridista a su política de "Zidanes", aunque, forzado por las desastrosas circunstancias deportivas actuales, delimitará la de los "Pavones" a lo estrictamente necesario. Ya decíamos aquí mismo que la idea de fichar a los mejores jugadores del mundo (y el nuevo "galáctico" será casi con toda probabilidad el romano Francesco Totti) no debe ser mala, sólo hay que saber aderezarla con futbolistas que estén en condiciones de oxigenar a esos "Zidanes" a lo largo de una temporada con una media de sesenta partidos entre Liga, Champions, Copa y selección.
Siempre me ha llamado la atención el hecho de que sean justamente los máximos rivales del Real Madrid quienes más le exigen; me atrevería a decir que le exigen más incluso que los propios madridistas. Hasta el punto de que Florentino Pérez haya tenido que salir al paso de unas declaraciones de Txiqui Begiristain, director deportivo del Barcelona, para reconocer que el Real Madrid no puede ganarlo siempre todo. A Begiristain tendría que caérsele la cara de verguenza al hablar de "fracaso" madridista, cuando resulta que el Barcelona lleva cuatro años (¡cuatro!) sin conseguir ni un sólo título. En ese mismo período de tiempo el Madrid ha conseguido Ligas, Copas de Europa y alguna Copa Intercontinental. Deberían recordarle a Begiristain que lo razonable para un club como el Barcelona es considerar un éxito la obtención de la Liga, y no, como sucede en su caso, vender la tercera posición como si fuera una proeza.
Excepción hecha de lo dicho por Txiqui, lo cierto es que desde Barcelona la reacción ha sido comedida. El lugar de Joan Gaspart lo ha ocupado en Valencia el "peluquero" Jaime Ortí. Este caballero fue el que aseguró que el Real Madrid ganaría el título, pero que luego, tras comprobarse que mentía, no ha tenido la decencia de pedir perdón. Y no sólo no ha pedido excusas sino que ha aprovechado una entrevista de televisión para criticar al Real. Una de dos, u Ortí es incapaz de disfrutar con sus propios éxitos, o lo que le pasa en el fondo al presidente del Valencia es que él querría ocupar el puesto de Florentino Pérez. Para estas elecciones ya no tiene tiempo, pero podría ir preparando las de 2008, cada uno es muy libre de tener sus ambiciones secretas. Pero como el Real Madrid no es una sociedad anónima deportiva no creo sinceramente que tuviera demasiadas opciones de ganar.