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Juan Manuel Rodríguez

Cicatrices propias y cicatrices ajenas

Tiago dice que no sabe por qué los españoles le tenemos tanto miedo al árbitro del domingo, y Ricardo responde que hablar así de Frisk es una falta de respeto, pero los rusos afirman que lo suyo fue un auténtico robo y están indignados con la expulsión de Ovchinnikov en aquel balón de Pauleta que el portero paró involuntariamente con el cuerpo y la mano. Aquí quien no llora no mama, y quien no mama es decididamente un "gili", por lo que sería bueno que mantuviéramos la presión sobre el sueco hasta que finalizara el partido del 20-J. Frisk dice que pitará "con honestidad" y que afronta el
Portugal-España como si se tratara de "un partido más"... ¡No se lo cree ni él!... Lejos de ser "un partido mas", el del estadio José Alvalade es "el partido" para el equipo anfitrión. Bien está que, en el trayecto que va desde el hotel Lutecia hasta el Pabellón Atlántico (sede del Centro Internacional de Prensa), el taxista nos trate como si fuéramos unos auténticos "guiris", dándonos más vueltas que a una peonza por la Lisboa mas recóndita, pero lo del domingo va en serio. Ahí no podemos dejar que nos traten como a unos "guiris". Nosotros por nuestra parte hemos convertido el módulo de la Cadena COPE en El Álamo. Hemos comprado víveres para quince días y hemos echado la llave... ¡No nos moverán!

Por cierto que saltaron chispas en la tertulia que mantuvimos en "El Tirachinas" del jueves por la noche. Dije -y lo mantengo- que un sector de la prensa le negará el pan y la sal a Iñaki Sáez haga lo que haga en la Eurocopa, e inmediatamente saltó como un resorte Jose Miguélez (diario "Marca") respondiéndome que eso era una soberana "gilipollez". Parece que, aunque yo no estuviera pensando concretamente en él en ese momento, él si pensaba en sí mismo, corroborando mi teoría de que, efectivamente, un sector de la prensa española le negará el pan y la sal a Sáez haga lo que haga en Portugal. El seleccionador sólo ha cometido un error estratégico importante, y ése ya ha sido suficientemente comentado aquí mismo. A propósito de los cambios, sobre quién tenía que entrar o quién debería haber salido, ya se sabe que las opiniones son como los traseros: todos tenemos uno. Lo que me parece injusto es que Sáez pague, veintidós años después del Mundial del 82, las cicatrices de José Emilio Santamaría.

Y hablando de cicatrices, ¿cómo afectará la actitud de Francesco Totti en esta Eurocopa a su fichaje por el Real Madrid?... El candidato Florentino Pérez es un hombre obsesionado con la imagen, y el jugador de la Roma la ha perdido toda desde que estamos en la Eurocopa. El italiano se ha quedado más solo que la una, e incluso su propia Federación ha decidido que no presentará recurso ante el Comité de Apelación de la UEFA por la sanción de tres partidos tras escupir al danés Christian Poulsen. Esas cosas son las que menos le gustan a Florentino. Igual Totti se queda "castigado" allí otra temporada más.

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