Ha pasado más de un año desde el accidente del Yakolev-42 en Turquía. Ciertamente es una cuestión todavía sin cerrar y que necesita una investigación a fondo de todo lo ocurrido. De acuerdo. Pero, visto lo visto, lo único que se puede pedir por el bien de todos es que se aclare lo que se tenga que aclarar, pero que se haga pronto y ya.
Además estamos en la obligación y en el derecho en pedir a los políticos que no hagan más uso partidista de la desgracia ajena. Es una vergüenza el espectáculo al que estamos asistiendo. No se puede seguir utilizando políticamente el accidente de un avión militar, no se debe usar por más tiempo como un arma arrojadiza algo que no es una simple partida en la gestión de un Ejecutivo. La demagogia es incompatible con la desgracia y desde el Gobierno socialista no se quieren enterar de esta primera regla del sentido común. Y es que parecen dispuestos y empeñados en estirar como un chicle una cuestión que necesita luz y claridad, pero no partidismo.
Además con esta manipulación intencionada de lo ocurrido se está propiciando algo muy grave. Parece como sí se estuviera poniendo a prueba al Ejercito, provocando que sus mandos tengan que tomar partido por el Gobierno del PP o por el Gobierno del PSOE. Es cierto que lo que se hizo mal hace un año es responsabilidad del anterior Ejecutivo, pero no se debería sacar de ese contexto buscando con simpleza el desgaste político del adversario, cuando no el hundimiento.