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Ignacio Villa

La falsa prudencia

El PP tiene la obligación de exigir que se sepa lo que ocurrió en aquellos días, y especialmente el día de reflexión.

El Partido Popular ha cambiado de opinión, en 24 horas, sobre la posible comparecencia del presidente Zapatero en la Comisión de Investigación del 11 de marzo. Primero anunciaron la intención de pedir la presencia del Jefe del Ejecutivo en esa Comisión para aclarar lo que ocurrió en el día de reflexión; pero luego ha sido el propio Eduardo Zaplana quien ha manifestado la intención de los populares de no convocar "por ahora" a Zapatero a la  citada Comisión.

En un primer momento, este cambio de actitud imprevisto no es fácil de entender. Luego, intentando colocar todas las piezas del rompecabezas en su sitio y con la ayuda de los datos que se están aportando desde el diario El Mundo, van apareciendo puntos de luz. Estas investigaciones periodísticas están confiriendo una extraordinaria dimensión a lo ocurrido el 11 de marzo en Madrid y a toda la trama que había detrás de esos atentados. Una trama que según está aflorando tenía conexiones directas, no casuales, con ciudadanos marroquíes. 

Pues bien, la prudencia, en muchas ocasiones exagerada  e inexplicable, con que el PP está afrontando la Comisión de investigación podría tener tres causas. La primera es que el fondo y el trasfondo de los atentados de Madrid tengan tal dimensión política y de estabilidad institucional, que el Partido Popular prefiera refugiarse en una "teórica responsabilidad" para no levantar de cuajo las cañerías del Estado. La segunda razón, más ramplona, es que prefieran guardarse la carta de la comparecencia de Zapatero como una posible respuesta al trato que reciba Aznar en esa Comisión. Y la última razón, que podría explicar esta forma de actuar, es una cuestión simplemente circunstancial de evitar que el inicio del mandato de Rajoy al frente del PP se vea salpicado por las investigaciones de la Comisión.

Sea lo que fuere, los dirigentes del Partido Popular tienen que ser conscientes de que en este tema no valen cálculos mezquinos. Ahora es momento para enterrar todas las "falsas prudencias". No pueden olvidarse de lo que ocurrió el día de reflexión en el que el PSOE rompió un derecho ciudadano. No deben echar tierra encima de una historia que puede dejar una huella en la democracia española. El PP tiene la obligación de exigir que se sepa lo que ocurrió en aquellos días, y especialmente el día de reflexión. La pregunta sigue sin respuesta: ¿Donde estaba ZP el 13 de marzo? Y esa respuesta la exigen los ciudadanos.

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