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Juan Manuel Rodríguez

La épica de la Copa Davis

Nadal no ha defraudado. Su partido contra Roddick ha sido el típico partido de Copa Davis, repleto de momentos épicos y golpes extraordinarios.

He de confesar que los más negros presagios se apoderaron de mí con el 3-0 a favor de Mardy Fish en el primer partido contra Carlos Moyá. Ya veía a nuestro número uno perdiendo con su número dos, el auténtico talón de Aquiles del equipo que se ha traído hasta Sevilla Patrick Mc Enroe. Moyá decidió dedicarse profesionalmente al tenis, pero estoy convencido de que hubiera sido un buen jugador de baloncesto o un nadador importante si lo hubiera preferido así. Lo único que le pierde a veces a Carlos es su mentalidad, y por eso, con el 3-0 arriba para Fish, me puse en lo peor y visualicé el 2-0 para Estados Unidos al finalizar la jornada del viernes. Pero Moyá supo reaccionar y puso las cosas en su sitio. Demostró que es mejor tenista que Fish y le dio a Rafa Nadal la tranquilidad necesaria para que afrontase sin prisas su partido contra el número dos mundial, el inaccesible Andy Roddick.

Podrá decirse cualquier cosa de la decisión adoptada por el "G-3" menos que fue una decisión cobarde. A los capitanes no les tembló el pulso y actuaron con arrojo dejando a Juan Carlos Ferrero en el banquillo y otorgándole al "baby" Nadal gran parte de la responsabilidad de obtener la segunda Ensaladera de la historia para el tenis español. Y Nadal no ha defraudado. Su partido contra Roddick ha sido el típico partido de Copa Davis, repleto de momentos épicos y golpes extraordinarios. Al conocer la decisión de que sería Nadal y no Ferrero quien se enfrentaría finalmente con él, Roddick dijo que Nadal le pegaba a la bola como una mula. Es un elogio viniendo de un tipo que es capaz de sacar a más de doscientos kilómetros por hora. El segundo partido de esta final fue un duelo de bombarderos, y Roddick quedó empequeñecido a partes iguales por el "niño" de la Davis y el enfervorizado público de sevillano.

Tal y como están las cosas, el partido de dobles pasa (afortunadamente) a un segundo plano. Suele ser un punto decisivo, y una especialidad que no acabamos de dominar los españoles. Los hermanos Bryan son muy superiores a cualquier pareja de dobles que podamos formar aquí, y esto es así porque, en condiciones normales, los Bryan son también superiores a cualquier pareja de dobles del mundo. Pero en la Copa Davis nada es normal y la presión está innegablemente de su lado. Ya no se ciernen negros nubarrones sobre el cielo sevillano. La Ensaladera de Plata está mucho más cerca que ayer. La épica de la Copa Davis y un "baby" de dieciocho añitos están a punto de sacar a raquetazos de la pista a la mayor potencia del tenis mundial.
 

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