Es la misma historia de siempre. Recuerdo que cuando Ramón Mendoza trajo de nuevo al Real Madrid a Leo Beenhakker "exclusivamente como director deportivo" tardó sólo un partido y dos meriendas en pedirle que ocupara el puesto del entrenador, que por aquel entonces era Radomir Antic. Beenhakker dijo "sí" y aquello acabó en desastre para los madridistas.
El año pasado sucedió algo parecido con Florentino Pérez. Cuando el presidente se dio cuenta de que el éxito del Manchester United no se debía del todo al trabajo de Carlos Queiroz sino que por allí andaba además pululando un tal Alex Ferguson y que, si no ponía remedio, sus "galácticos" encallarían en la Champions y la Liga, llamó a calentar a Jorge Valdano, pero el argentino, al contrario que Beenhakker, dijo "no" y aquello también acabó en desastre para los madridistas.
Este nuevo impulso que pretende dar ahora Florentino al inicio de su segundo mandato encierra una serie de dudas razonables. Arrigo Sacchi lo sabe casi todo del fútbol pero absolutamente nada del Real Madrid. Florentino pretende solventar ese pequeño detalle trayéndose al italiano en diciembre para que prepare el equipo de la temporada 2005-2006. Ni siquiera creo que haga falta plantearle al "divino calvo" la cuestión de que sustituya a Mariano García Remón puesto que ha sido el propio entrenador quien se ha dado ya a sí mismo por sustituido y bien sustituido. Sacchi, que dejó el Parma debido al estrés acumulado, llega también con la misión (otra más del largo listado) de buscar un nuevo técnico, y parece que suena con mucha fuerza Carlo Ancelotti, uno de sus "chicos".