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Ignacio Villa

La persuasión gana a la cursilería

El presidente del Gobierno aterrizó en Singapur con un pavoroso polo de jardín de infancia que parecía el resultado del consejo de algún enemigo infiltrado.

Los resultados tan ajustados que se han registrado en las votaciones finales de la elección de la ciudad olímpica para el 2012 nos ha dejado varias cosas claras. Por un lado, se ha demostrado que técnicamente la candidatura de Madrid estaba muy bien preparada y dotada. Por otra parte, ha vuelto a quedar patente que el Comite Olímpico Internacional es un reducto de una oligarquía que no responde a verdaderos intereses olímpicos. Y, por último, ha sido la escenificación plena de la deplorable política exterior española; no hay dudas que en esta ocasión la verdadera capacidad de persuasión de Blair ha ganado al paletismo y a la cursileria de Zapatero.

Lo que se ha vivido en Singapur estos últimos días es el reflejo de dos formas diferentes de diseñar la política exterior. El primer ministro británico Tony Blair nada más llegar a la ciudad-estado se instaló en un desapacho, se puso el mono de trabajo y comenzó a hablar con unos y con otros, sabiendo que cada voto podía ser decisivo -como así ha sido- y recogiendo los frutos de una política exterior basada en la busqueda de lo mejor para su país.

Nada que ver, como se pueden figurar, con el "papelón Zapatero". El presidente del Gobierno aterrizó en Singapur con un pavoroso polo de jardín de infancia que parecía el resultado del consejo de algún enemigo infiltrado. Luego llegó aquella afirmación lastimosa del ministro Moratinos que entre risas comentaba: "voy a hacer lobby al lobby". Por cierto a esta hora no se conoce todavía la verdadera agenda del dúo Zapatero-Moratinos en esa shoras previas a la designación; desde luego muy fructiferas no han sido viendo los resultados y lo que realmente se podía haber logrado desde la diplomacia.

En todo caso, la pura realidad es que en historias como la vivida en Singapur se demuestra que Zapatero, desde su llegada a la Moncloa, no ha hecho más que buscarse enemigos en el terreno internacional. Peor aún; los que dicen ser nuestros amigos nos dejan en la estacada en los momentos cruciales. El Gobierno socialista está cometiendo un error tras otro en el exterior y los frutos así lo indican. Zapatero, como siempre, se ha creído el primero de la clase y ha desmontado todo el sistema de alianzas articulado durante años. Se cerró la puerta de los Estados Unidos y esto es lo que tenemos. Un auténtico desastre.

Dicho lo cual, queda una duda por resolver. Una duda cada vez más extendida y con datos que así lo corroboran: ¿Y si ZP es gafe?

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