Los rayos ultravioleta son responsables de la foto-oxidación de las células, que supone un daño tanto para la piel como para el sistema inmunitario. La investigación de Shapira concluye que la gran cantidad de antioxidantes y ácidos grasos omega 3 de muchos productos de la dieta mediterránea contribuyen a defender al organismo del efecto agresivo del sol. De hecho, asegura, existen regiones mediterráneas donde apenas existe el melanoma.
El estudio recomienda especialmente el aceite de oliva, el pescado azul, las legumbres, el yogur y las frutas y verduras de colores vivos como la naranja, zanahoria, calabaza, sandía o tomate. La doctora Shapira sostiene que la dieta mediterránea contribuye desde el interior del organismo a defenderse del peligro de una excesiva exposición al sol, aunque por supuesto eso no signifique olvidar las recomendaciones habituales como el uso de cremas solares, proteger la cabeza, evitar las horas de mayor calor, etc.