Aunque afortunadamente en un nivel mínimo, he sido hace 43 años enfermo de Esclerosis Múltiple en la zona encefálica y ha pesado siempre en mi vida el temor a las recaídas con sus imprevisibles consecuencias. He conocido trágicos casos de otros/as pacientes que no han tenido mi fortuna y es muy bueno saber que hay personas que están trabajando en el conocimiento de la enfermedad y en buscar un posible tratamiento que la erradique o al menos la contenga. Gracias a esos investigadores que nos regalan estas buenas noticias.