El caso del parto múltiple de octillizos de una mujer italiana supone un fracaso de la Medicina y es resultado de un tratamiento de fertilidad mal llevado, a juicio del codirector del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI), José Remohí. Según el experto, de cada cien mujeres que se someten a un tratamiento de infertilidad, 20 tienen un embarazo múltiple.
Ramohí matizó que cuando una mujer recibe tratamientos de estimulación ovárica, la respuesta del ovario puede ser excesiva y producir entre 15 y 20 óvulos, muchos de los cuales pueden llegar a germinar. Por esta razón, el codirector entiende que esta técnica puede ser muy peligrosa.
Para que no se produzcan embarazos múltiples, según Ramohí, existen dos formas de protección. Una de ellas es no tener relaciones sexuales cuando la respuesta ovárica sea excesiva. La otra es que la inseminación artificial se convierta en una fecundación “in vitro”. “De esa forma tenemos regulado el número de embriones de los que permitimos su gestación y no dejamos 15 o 20 óvulos en disposición de germinar”, explicó.
