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Las monjas desmelenadas de 'Público' y un "seductor" Bono en 'ABC'

La fiesta católica se impone en las portadas mientras Sarkozy y Merkel dejan claro quién manda. Ah, y Bono da la nota sin que le hagan mucho caso.

El Mundo califica el acuerdo entre Sarkozy y Merkel de "refundación de la Eurozona" y Pedro J., aunque aplaude las medidas "acertadas" que "abren un camino ilusionante", está escocido con la "forma inquietante" en que Francia y Alemania deciden "a dos bandas", es decir, ellos solitos y sin consultar a nadie como "dos monarcas absolutos". Y es que, como dice -Pedro J.- "tienen la sartén por el mango".

Sobre el asunto del JMJ escribe la peregrina enviada especial Xiskya Valladares, que se lo está pasando pipa. "Madrid se ha vuelto la ciudad más joven del planeta", los madrileños "miran con simpatía" a los peregrinos" que cantan en el Metro con una "alegría desbordante" hasta la Macarena. Y por el contra, que se chichen los indignados que ayer sólo consiguieron reunir a 60 personas en su "manifestación íntima" contra la subida del transporte. Una convocatoria que "no buscaba ninguna comparación con otros colectivos", aderezada con pancartas que decían "es una vergüenza que subvencionemos la venida del Papa y su corte celestial de pederastas y ladrones", a modo de bienvenida a sus competidores en tomar la calle.

El País también celebra el acuerdo Sarkozy-Merkel para "salvar el euro" porque es una "señal esperanzadora". "Puestos a buscar alianzas, nada mejor que la franco-alemana".

En portada, y sin que sirva de precedente, lleva una foto de la homilía de Rouco en Cibeles. Y es que la JMJ "es un macroevento en el que la jerarquía católica muestra su poder" y busca "que los católicos se exhiban con orgullo como comunidad". No especifica si tiene algo que oponer.

Aplaude con entusiasmo la medida que el que fuera vicepresidente del Gobierno hasta hace bien poquito "incorporó a su abanico de propuestas" para "ahorrar costes" y contra la que Rubalcaba votó hace solo unos meses (La Gaceta). Eliminar las diputaciones. Pero claro, "el PP se aferra a su poder provincial y no quiere oír hablar de suprimirlas".

ABC está enrabietado con Alemania porque a partir de ahora "no será Europa la que supervise le economía alemana, sino Alemania la que usará a la UE para orientar a las economías del euro".

Es el periódico que espacio dedica a la última me voy pero no me voy de Bono. "La naturaleza aparatosa y folclórica de Bono impulsa al todavía presidente del Congreso a despedirse de su supuesto público cada dos por tres", dice Jesús Lillo. Su último adiós abre la sección de España y merece dos páginas. "Bono amaga con plantar a Rubalcaba en las listas electorales del PSOE". Incluso le hace una biografía ilustrada. Edurne Uriarte cree que es un "calculada jugada para quitarse de en medio, disociar su nombre de la debacle de Rubalcaba" y pumba, volver "para salvar a un partido previsiblemente tocado y deprimido". Y es que está fascinada con Bono, un "político astuto, seductor y sumamente ambicioso" que "cae bien y sigue encandilando al público político".

Ignacio Camacho atiza de lo lindo a los papafóbicos. "Este frente de repudio anti-Papa tiene mucho más que ver con el ateísmo come-curas que con el desapego agnóstico. En su propia radicalidad pancartera, banderiza y hostil encuentra el punto débil que lo vuelve marginal".

La Razón, que hoy regala la bandera del Vaticano, está todavía más cabreada con Merkel y Sarkozy que el periódico de Vocento. Acompañando una foto en la que ambos parecen bailar un vals, titula: "Bailan al mismo son y pretenden que el resto de Europa se mueva a los acordes de su melodía (...) Los demás países harán los coros".

Menos mal que nada puede enturbiar su éxtasis con el Papa. "De Madrid al cielo", titula. "Una sola voz, la de la Iglesia joven que reza unidad" se escucha por todo Madrid. Y "Sol vuelve a brillar" porque la "suciedad y crispación del 15-M han sido sustituidos por la alegría y el buen rollo" de los peregrinos. Así se lo han contado los comerciantes a Planeta. "La JMJ trae buena gente, no como la que había antes", "no intentan irse sin pagar", como los indignados, "no molestan y su alegría contagia". Y la policía, no digamos, está superencantada porque estos chicos tan majetes "solo cantan y rezan".

La Gaceta aporta el titular más entusiasta. "La izquierda rabia –con diatribas, insultos y mentiras, aporta en el pie de foto- por el poder de convocatoria del Papa".

Pero ahí está Público para cortarles el rollo a los entusiastas papistas resaltando en portada la información más relevante de la jornada de ayer. "La policía detiene a un ultra que planeaba un atentado contra la manifestación laica. Los investigadores sospechan que pretendía utilizar gases asfixiantes". ¡¿Qué me dices?! Tan santitos como parecen los peregrinos y tienen terroristas infiltrados. Es que no te puedes fiar. Público señala al verdadero culpable: Ana Botella. "Sin ir más lejos, antes de conocerse la detención, Ana Botella tildó de provocación la manifestación laica". Y qué se puede esperar de gente como unas monjas que "abundaban en las gradas" del Bernabéu " ayer a ritmo de cumbia y que fueron "las primeras en soltarse la melena". Qué escándalo, Dios mío, qué escándalo.

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