La Policía amenaza con desalojar a los que salen a tomar el fresco: "Con los okupas no sois tan osados"

Sacar sillas e incluso mesas al lado de las puertas de las casas bajas es una de las tradiciones españoles más especiales que aún se conserva durante las noches de verano en los pueblos. De hecho, el pueblo gaditano de Algar intentó declarar la costumbre de charlar en la calle al ocaso como patrimonio de la Unesco. En esta estampa, conocida como tomar el fresco, se pueden observar señoras reunidas, familias hablando o amigos jugando a las cartas frente a sus puertas.

Sin embargo, según ha comunicado la cuenta de la Policía Local de Santa Fe, una localidad granadina, esta escena tan cotidiana es ilegal: "Sabemos que sacar sillas o mesas a la puerta es tradición en muchos pueblos, pero la vía pública está regulada. Si la Policía pide retirarlas, hazlo por respeto y convivencia. Con civismo y sentido común no hay molestias. ¡Gracias por colaborar!", han escrito.

Gran revuelo en las redes

Los usuarios de la red social X han estallado contra el comunicado de la Policía Local, ya que se trata de una costumbre muy común que no hace daño a nadie. "Con los okupas no sois tan osados", ha reprochado un usuario, mientras que otro ha añadido "Es hora de que saquemos las sillas a la calle. Es nuestra tradición. Váyanse a perseguir a los ilegales que llegan de África y de paso déjennos en paz".

¿Es ilegal sacar la silla a la calle?

Ahora bien, ¿es ilegal sacar la silla a la calle? En España, no existe una ley nacional que prohíba o permita de forma expresa sacar la silla a la calle. Esto depende de las ordenanzas municipales de cada localidad, es decir, cada ayuntamiento decide si se permite, se tolera o se sanciona.

No obstante, aunque sacar la silla como tal no es un delito, sí que puede ser sancionable administrativamente, si se ocupa la vía pública sin autorización, se dificulta el paso de peatones –especialmente en aceras estrechas–, se generan molestias a los vecinos o se incumplen las normas locales de uso del espacio público.

En ciudades como Madrid o Barcelona, donde hay mayor densidad de población, las ordenanzas suelen ser más estrictas. En muchos casos, ocupar la vía pública sin licencia puede acarrear multas de hasta 750 euros. De todas formas, en estas ciudades no es común sacar sillas a la calle.

Ahora bien, en muchos municipios pequeños, sacar la silla a la calle sigue siendo una costumbre socialmente aceptada, sobre todo en verano. Sin embargo, no significa que sea legal por defecto. La Policía Local puede pedir que se retiren si hay que garantizar la seguridad, el paso de peatones o el descanso de los vecinos.