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Las altas temperaturas elevan el riesgo de golpes de calor y lesiones durante la práctica deportiva en verano

El doctor Rafael Cuenca recomienda evitar el ejercicio en horas centrales del día y priorizar la hidratación constante.

El doctor Rafael Cuenca recomienda evitar el ejercicio en horas centrales del día y priorizar la hidratación constante.
Además de jugar a las palas, la pareja también disfrutó de paddle surf, el deporte de moda en las playas españolas. | Gtres

La práctica deportiva en verano puede ser beneficiosa para la salud siempre que se realice con precaución y sentido común, ha señalado el jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital Quirónsalud Córdoba, el doctor Rafael Cuenca. Según ha informado el centro hospitalario en un comunicado, las altas temperaturas propias de la estación exigen adaptar las rutinas de ejercicio para evitar golpes de calor, deshidratación o lesiones por sobreesfuerzo.

Precauciones básicas para entrenar en verano

El especialista ha explicado que practicar deporte durante los meses estivales es posible, pero requiere ajustar el tipo de ejercicio, el horario y el entorno. En su opinión, es importante evitar el ejercicio de resistencia o de larga duración y optar por actividades de menor impacto, especialmente en personas mayores, niños, embarazadas o pacientes con enfermedades crónicas.

Las horas más recomendables para entrenar son aquellas en las que la temperatura es más baja: antes de las 11:00 horas y después de las 19:00 horas. No obstante, en zonas con temperaturas extremas, como Córdoba, Sevilla o Jaén, el doctor Cuenca advierte que incluso fuera del horario central se deben evitar actividades al aire libre si el termómetro supera los 30 grados. La temperatura ideal para el ejercicio, recuerda, ronda los 22 grados.

También ha subrayado la importancia de tener en cuenta la zona geográfica, ya que las condiciones no son iguales en la costa, el interior o zonas montañosas. En espacios cerrados, ha añadido, es fundamental asegurar una buena ventilación.

Vestimenta, hidratación y alimentación

Para minimizar los efectos del calor, Cuenca recomienda usar ropa ligera, transpirable y de colores claros, así como protegerse del sol con gorra, gafas y crema solar. El calzado también debe ser adecuado, acompañado de calcetines transpirables que eviten la acumulación de sudor y reduzcan el riesgo de lesiones o rozaduras.

En cuanto a la hidratación, el doctor recuerda que debe ser proactiva y constante, con ingesta de agua cada 15 o 20 minutos durante la actividad física, incluso sin sensación de sed. Tras el ejercicio, es necesario reponer líquidos, y en algunos casos puede ser útil el consumo de bebidas isotónicas.

Respecto a la alimentación, Cuenca desaconseja hacer deporte en ayunas o justo después de comer. Lo ideal, afirma, es dejar pasar unas dos horas desde la última comida. Aconseja además seguir una dieta equilibrada y rica en frutas de temporada, como sandía o melón, que aportan agua, minerales y vitaminas esenciales.

Motivación y señales de alerta

El especialista ha recordado que mantener la motivación durante el verano es clave para no abandonar la práctica deportiva. Entre las estrategias que sugiere están realizar entrenamientos más breves, hacer ejercicio en compañía o tomar un café o té antes de la actividad física para activar el organismo. "El compromiso con el ejercicio mejora si se adapta al entorno y se convierte en una experiencia positiva", ha afirmado.

Por otro lado, Cuenca ha lanzado un mensaje de prudencia ante posibles signos de alerta. Si aparecen mareos, fatiga inusual, palpitaciones o dolor en el pecho, se debe interrumpir la actividad y consultar con un profesional sanitario. "El cuerpo siempre avisa, y saber escucharlo también forma parte del entrenamiento", ha recalcado.

Actividad moderada todo el año

El doctor ha recordado que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un mínimo de 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico moderado o 75 minutos de actividad intensa. En este sentido, insiste en que el verano no debe ser una excusa para abandonar el deporte, sino una oportunidad para adaptar los hábitos y mantener la actividad física como parte de una vida saludable. Beber agua cada 15 o 20 minutos durante el ejercicio ayuda a prevenir deshidratación y golpes de calor.

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