
Todo el mundo sueña con tener un jardín lleno de plantas verdes y abundantes flores de colores intensos. A menudo, a raíz de este deseo, se podan las flores marchitas de las plantas. A esta práctica se le llama deadheading y se suele utilizar para fomentar una nueva floración y mantener un aspecto ordenado.
Sin embargo, no siempre es recomendable, especialmente en plantas que se reproducen por sí mismas, ya que al eliminar las flores secas se interrumpe su ciclo natural de reproducción. Además, esto puede alterar la cadena alimentaria, dado que afecta a insectos y aves que se alimentan de semillas. También puede reducir la resistencia natural de algunas plantas al impedirles completar su ciclo vital. Por eso, es mejor evitar esta práctica en especies nativas o silvestres y permitir que sigan su proceso natural.
Plantas que no conviene podar tras la floración
- Equináceas o coneflowers: no deben podarse tras la floración, ya que mantienen su atractivo visual incluso cuando están marchitas. Sus centros en forma de cono se oscurecen y se llenan de semillas muy valoradas por aves como cardenales y jilgueros durante el invierno. Estas semillas pueden recolectarse para nuevos cultivos o usarse en arreglos florales secos, favoreciendo tanto la estética como la biodiversidad.
- Lunaria annua: esta planta, conocida como honesty o planta del dinero destaca por sus vainas plateadas e iridiscentes, que aportan belleza al jardín. Al dejarlas madurar en la planta, permiten la auto-siembra o la recolección para futuras temporadas. Esta práctica fomenta su reproducción natural y reduce la necesidad de intervención humana.
- Nigella: forma cápsulas de semillas muy decorativas tras su floración. Estas cápsulas no solo embellecen el entorno, sino que también sirven de alimento para aves e insectos, y favorecen la regeneración espontánea de la planta al año siguiente.
- Dedalera (Digitalis purpurea): resulta muy atractiva para polinizadores como abejas, mariposas y colibríes, y puede producir hasta dos millones de semillas por temporada. Aunque una poda puede provocar una segunda floración, esta es menos abundante. Además, es importante manipularla con precaución, ya que es tóxica para mascotas.
- Columbina (Aquilegia): florece durante unas cuatro semanas y debe dejarse secar de forma natural para favorecer su reproducción. Según la experta Lotte Berendsen, sus semillas ofrecen alimento a muchas aves, por lo que eliminar las flores marchitas interrumpe su ciclo y afecta a la fauna local.
- Susanita de ojos negros (Black-eyed Susan): al permitirle producir semillas, atrae aves como jilgueros, gorriones y carboneros. Según la horticultora Lucie Bradley, estas semillas pueden recolectarse o dejarse en el lugar para facilitar la auto-siembra, contribuyendo al equilibrio del ecosistema.
- Snapdragon de verano o angelonia: es una planta autolimpiante que no necesita poda para mantener su floración continua desde la primavera hasta el otoño. Por ello, es una excelente opción para quienes buscan color sin dedicar mucho tiempo al mantenimiento.
- Hortensia de hoja grande (Hydrangea macrophylla): requiere cuidado especial, ya que florece sobre madera vieja. Podarla fuera de temporada, especialmente en otoño o invierno, puede eliminar los brotes del año siguiente. Además, sus flores secas protegen los brotes jóvenes de las heladas invernales, actuando como barrera natural.
Cómo mantener el jardín limpio y bonito
Una forma de mantener la apariencia del jardín sin afectar su equilibrio natural es realizar podas ligeras y selectivas solo en hojas o tallos dañados. Esto mejora el aspecto general sin interrumpir el ciclo reproductivo de las plantas. También se puede usar mulch —acolchado— para conservar la humedad y dar un aspecto limpio. Otro truco muy común entre los expertos es incorporar plantas de hoja perenne, ya que aseguran el color durante todo el año. Asimismo, organizar las especies por alturas y colores aporta armonía visual sin necesidad de intervenir constantemente.



