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¿Te gusta la hamburguesa poco hecha? Este es el error que más preocupa a los expertos en verano

La carne poco hecha puede ser más peligrosa de lo que parece. Y en verano, el riesgo se dispara por un motivo claro.

Hamburguesa Rossini. | Juanjo Alonso

En verano, todo parece más sencillo: comidas al aire libre, barbacoas improvisadas y platos frescos preparados en casa o en la playa. Pero, según advierte la Dirección General de Salud Pública de Baleares, hay un detalle que muchos pasan por alto y que puede acabar en una intoxicación alimentaria: comer hamburguesas poco hechas.

El problema no es nuevo, pero sí más frecuente durante los meses de calor. Y el riesgo está especialmente relacionado con la carne picada mal cocinada, que puede contener bacterias como la Escherichia coli, responsables de las temidas toxiinfecciones alimentarias. Por eso las autoridades sanitarias insisten: mejor bien hecha que jugosa, sobre todo cuando comemos fuera de casa.

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Cómo saber si una hamburguesa está bien hecha

La recomendación es clara: nada de carne con partes rojizas. Cuando una hamburguesa no ha perdido del todo ese tono rojo en el interior, puede significar que no ha alcanzado la temperatura adecuada para eliminar las bacterias.

Por eso, desde el Servicio de Seguridad Alimentaria insisten en que, especialmente en verano, hay que asegurarse de que la carne esté completamente cocinada. Este consejo se extiende a cualquier plato preparado al aire libre, ya que las condiciones de higiene pueden verse alteradas.

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Reglas básicas para evitar sustos

Además de cocinar bien la carne, Salud Pública recuerda otras normas clave para evitar intoxicaciones durante el verano:

Y cuidado también con cómo se usan los huevos: no cascar en el plato donde se van a batir, no usar la cáscara para separar la clara de la yema y no volver a usar el mismo plato de cocinado sin lavarlo antes.

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Transportar la comida sin errores

Otro error habitual es dejar la comida en el coche durante horas, lo que puede disparar el crecimiento de bacterias por la exposición prolongada al sol. Lo recomendable es transportar todo lo que se pueda en neveras portátiles y no descongelar alimentos a temperatura ambiente. Lo mejor es hacerlo en el frigorífico.

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