En cambio, sí se permite llevar comida y leche para bebes en pequeños recipientes, siempre que el niño viaje; medicinas con prescripción médica cuando el nombre del viajero coincida con el de la receta; otras medicinas esenciales sin prescripción médica que no excedan de 120 mililitros por recipiente; líquidos o geles para pasajeros diabéticos que puedan demostrar su tratamiento en no más de 240 mililitros, así como cosméticos sólidos y productos de higiene personal (pintalabios en barra, desodorante sólido, bálsamo labial y sólidos similares).
En la terminal 4 de Barajas, desde donde salen los vuelos a EEUU y a Puerto Rico de Iberia y American Airlines, la dirección de Barajas ha instalado cuatro escáneres en las puertas de embarque y el martes se colocará un quinto, mientras que en la terminal 1, donde opera Continental Airlines, Us Airways y Delta hay otros tres. Las fuentes explicaron que este lunes por la mañana inspectores de la Transport Security Administration presenciaron las operaciones de pre embarque y dieron "el visto bueno".
Estas medidas, según reconocieron las fuentes, provocan retrasos en los vuelos ya que un pasajero tarda unos 30 ó 35 minutos en que le realicen la inspección tanto física como manual de equipaje y cuerpo, por lo que recomiendan a los viajeros que se personen en la puerta de los vuelos con bastante antelación. Según las fuentes estos retrasos no superan la hora, mientras que en el aeropuerto Charles de Gaulle (parís) son de unas tres horas.
Para cumplir la normativa, AENA ha puesto en marcha una campaña informativa con la distribución de cárteles en tiendas, cafeterías, mostradores de facturación y otros puntos; así como mediante mensajes de megafonía, en los que se detalla la lista de objetos prohibidos. Además, en las puertas de embarque se han instalado esos escáneres por los que los pasajeros pasan los equipajes de mano y los zapatos; después vigilantes de seguridad revisan a mano estos bultos y retiran los objetos no permitidos y más tarde, junto con la Guardia Civil, se realiza una inspección manual del cuerpo del viajero.
Los objetos retirados por la veintena de personas que efectúan esta tarea son precintados en un contenedor, que es destruido posteriormente bajo supervisión de la Guardia Civil.